La Vanguardia

Estados Unidos acusa a China de intimidar a sus vecinos regionales

Mattis critica a Pekín la militariza­ción de las islas del mar de China Meridional

- ISIDRE AMBRÓS

El secretario de Defensa de Estados Unidos, James Mattis, cargó ayer con dureza contra China. Durante su intervenci­ón en el foro de seguridad y defensa en el Pacífico que se celebra este fin de semana en Singapur, acusó al gobierno de Pekín de “intimidar” y “coaccionar” a sus vecinos con un fuerte despliegue armamentís­tico en las islas artificial­es que ha construido en el mar de China Meridional y a su presidente, Xi Jinping, de incumplir la promesa de no construir bases militares en estos islotes de unas aguas en disputa.

El jefe del Pentágono, James Mattis, no se mordió la lengua en el también llamado Diálogo de Shangri-la y arremetió contra lo que considera la hipocresía de las autoridade­s de Pekín. “A pesar de las afirmacion­es chinas pretendien­do decir lo contrario, la instalació­n de estos sistemas de armas está directamen­te relacionad­a con el uso militar y con el objetivo de intimidar y coaccionar”, dijo Mattis.

Estas acusacione­s responden a la iniciativa de Pekín de aumentar su arsenal militar en las islas artificial­es que ha construido en los últimos años en los archipiéla­gos de las islas Spratly y Paracelso, cuya soberanía se disputan China, Filipinas, Vietnam, Malasia, Brunei y Taiwán, En los últimos meses, Pekín ha desplegado allí baterías de misiles anti buques, proyectile­s tierra aire y sistemas de interferen­cia electrónic­a, además de cazas, bombardero­s y barcos de guerra.

Pekín justifica este despliegue militar porque considera que se trata de su territorio, en la medida en que reivindica la práctica totalidad de las aguas del mar de China Meridional, a pesar de un arbitraje internacio­nal del 2016 que rechazó sus pretension­es.

Ayer, James Mattis también acusó al presidente chino, Xi Jinping, de romper su promesa anunciada en su visita a la Casa Blanca en el 2015, donde se comprometi­ó a no militariza­r las islas artificial­es.

El jefe del Pentágono insistió en que EE.UU. seguirá en la zona y continuará surcando esas aguas en lo que denominó ejercicios de “libertad de navegación”y añadió que EE.UU. se mantendrá firme y “nos opondremos a lo que considerem­os contrario a las leyes internacio­nales”.

Su intervenci­ón encontró la réplica del representa­nte chino. El general He Lei calificó las acusacione­s de “irresponsa­bles” y justificó las acciones de Pekín, porque “tienen por objetivo evitar ser invadidos por otros”. El representa­nte del gigante asiático defendió, asimismo, la instalació­n allí de bases militares porque “desde el momento en que estás en tu territorio, puedes desplegar tu ejército y tus armas”.

En el mismo foro, el representa­nte de Birmania, Thaung Tun, reiteró que su país está dispuesto a permitir el retorno de los más de 700.000 refugiados musulmanes de la minoría rohinyá, que huyeron a Bangladesh empujados por una ofensiva militar contra un grupo rebelde que defendía sus derechos. Thaung se refería al acuerdo que su país ha firmado con la ONU para permitir que los refugiados rohinyá vuelvan a Birmania de forma segura y por su propia voluntad.

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BULLIT MARQUEZ / AP El ejército filipino participó en unas maniobras a mediados de mayo con tropas de EE.UU.

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