LAS CLAVES DEL DÍA
SÁNCHEZ
La ausencia de la cruz y la Biblia –tradicionalmente presentes en las tomas de posesión de los presidentes del Gobierno– en el acto en el que Pedro Sánchez prometió su cargo ante el Rey, inaugura la política de gestos que puede caracterizar la gestión del nuevo ejecutivo, limitado en su capacidad operativa pero dispuesto a demostrar que algo ha cambiado en España desde el pasado viernes.
RAJOY
El grupo parlamentario del PP empieza a desvelar cuál será su talante tras la pérdida del poder y su salida de La Moncloa y de los ministerios. Para empezar, los populares han decidido que van a enmendar sus propias cuentas en el Senado para desmantelar todos los acuerdos alcanzados con el PNV. Cuando eso ocurra, el nuevo Ejecutivo tendrá que buscar el apoyo de los 180 diputados que le dieron la mayoría el jueves pasado en el Congreso para volver a rehacer las cuentas que inicialmente ninguno de ellos –salvo el PNV– aprobó. Es la guerra.
TORRA
Mientras en La Zarzuela Sánchez prometía el cargo ante el Rey, el president Torra presidía la toma de posesión del nuevo Govern de Catalunya. Este acto implica la liquidación automática de la intervención de la Generalitat en virtud del artículo 155 de la Constitución. En la ceremonia, Torra lanzó dos mensajes difíciles de conciliar: hacia el exterior de su Govern, el ofrecimiento de diálogo al nuevo presidente del gobierno español; hacia el interior, la voluntad de perseverar en el camino del 1 de octubre; es decir, la independencia. A ver cómo casa una cosa con la otra.