Plan para proteger la pesca en la Costa Brava
Cinco cofradías limitan su acceso en varios caladeros para aumentar la población de peces y crustáceos e incrementar su talla
Las principales cofradías de pesca de la Costa Brava han alcanzado un acuerdo que fija zonas de veda en una amplia área de 500 km2 del litoral de Girona con el objetivo de preservar los recursos pesqueros. Una medida que se debe traducir a corto plazo en un aumento de las poblaciones de peces como el rape, la merluza o la bacaladilla y crustáceos como la gamba o la cigala así como su talla. El sector, que cuenta con el respaldo de la comunidad científica y de la administración catalana, calificó de “histórica” una iniciativa que ha partido de los propios pescadores, cada vez más concienciados del deterioro de los recursos marinos.
El plan regulará y limitará el acceso en varios caladeros pesqueros explotados por las flotas de arrastre de las cofradías de Blanes, Palamós, Roses, Port de la Selva y Llançà. Una de las medidas que contempla ese plan es el uso de redes con ojos más grandes para evitar capturar gambas u otras especie de tallas pequeñas. También se ha fijado una área de 9 km2 donde se prohíbe la captura de cigalas y los pescadores de Roses mantendrán la prohibición de pescar merluza en una zona para favorecer su reproducción. El presidente de la Federación de las Cofradías de Girona, Toni Abad, destacó ayer el hecho de que esta medida ha partido del sector pesquero. “Nos hemos dado cuenta de que esto es lo único que podíamos hacer para garantizar la viabilidad de la pesca”, explicó ayer durante la presentación en Blanes de este acuerdo pionero en el Mediterráneo. Los científicos del Institut de Ciències del Mar (Csic) realizarán un seguimiento de las poblaciones marinas en estas zonas para evaluar si se cumplen los objetivos.