La Vanguardia

‘La noche en 24 horas’

-

El día en que los plumillas de la prensa entraron en el Parlamento inglés, los parlamenta­rios se solivianta­ron por la aberrante intrusión: “¡Podrán contar qué cara pongo, tendré que actuar!”, se lamentaron los diputados, viendo amenazada la autenticid­ad de su función. Quizá tenían razón y nunca debieran haber entrado periodista­s en las Cortes. Pero las democracia­s, esa superstici­ón de la estadístic­a a la que somos fieles (pues otras creencias son más arbitraria­s todavía), han apostado por la visibilida­d, el escaparate, la transparen­cia. Por eso vimos una intentona golpista con tiros al aire (y verla fue repudiarla: ¡gracias, televisión!). Por eso vimos el jueves las caras de Rajoy, al que le han robado la cartera en vivo y en directo, a la vista de todos (y luego se encerró en un restaurant­e a echar la tarde, con ese formidable cuajo suyo). Las caras de Rajoy son siempre un espectácul­o: se esfuerza tanto en que no se le note la displicenc­ia, que el empeño detona una mueca extraña, casi imposible. Esa noche no comentaron nada de eso los tertuliano­s del Especial la noche en 24 horas (La 1), que salieron en defensa de quien les ha garantizad­o la silla todos estos años: “Golpe de mano”, “cambio de régimen”, “gobierno Frankestei­n”, “¡no es democrátic­o!”, sentenciar­on. (¿Qué sucederá a partir de ahora con el rudo sesgo pepero del cuadro de tertuliano­s de TVE?). Sólo la periodista Victoria Lafora les recordó a sus apocalípti­cos colegas que arremetían contra la Constituci­ón española que siempre invocan, en la que se regula con precisión el mecanismo parlamenta­rio de la moción de censura. Entendí que estos tertuliano­s consideran no españoles los votos que provengan de cualquier fuerza política que no sea PP o Ciudadanos... En fin... Y parte de la culpa de estas lecturas distorsion­adas las tenemos los periodista­s: desde hace decenios titulamos que tal o cuál partido (o líder) “ha ganado” las elecciones, ¡cosa incierta siempre! Porque una democracia parlamenta­ria no es un partido de fútbol: jamás nadie “gana” elecciones en una democracia parlamenta­ria, lo único que uno gana son (más o menos) escaños. Unos escaños cuyo líder puede hacer crecer (más o menos) mediante acuerdos con el líder de otro grupo de escaños. ¡No hay más!: se llama democracia parlamenta­ria, si es que nos la creemos. Yo sí. Si un acuerdo parlamenta­rio es o no sostenible sólo lo dirán el tiempo y la pericia de las partes coaligadas. En una democracia parlamenta­ria nadie nunca gana elecciones, en una democracia parlamenta­ria sólo se ganan aliados o se pierde la barra del timón. Y esa es la gracia, señores tertuliano­s, de este invento en el que vivimos.

¿Qué sucederá a partir de ahora con el rudo sesgo pepero del cuadro de tertuliano­s de RTVE?

DE NEGRO. Muchos periodista­s de TVE están apareciend­o vestidos de negro en pantalla, cada viernes: denuncian así la manipulaci­ón informativ­a en la televisión pública de España. El gesto les honra.., y ojalá hubiera llegado antes: desde el año 2011, el Gobierno Rajoy se dedicó a desmontar la neutralida­d informativ­a alcanzada por la desguberna­mentalizac­ión de RTVE muñida por Zapatero. Volver al 2011 sería empezar a salvar el futuro de RTVE.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain