La Vanguardia

La agenda invertida

Hace dos semanas, Sánchez pensaba en pactos con Rajoy y rechazaba el presupuest­o

- Manel Pérez Sitges

Un emblemátic­o representa­nte del Cercle d’Economia se reunió hace sólo dos semanas con quien desde ayer es el nuevo presidente del gobierno español, Pedro Sánchez. El primero le transmitió al segundo su impresión de que desde la investidur­a de Mariano Rajoy, en el otoño del 2016, las relaciones entre los dos políticos habían mejorado mucho. Sánchez le confirmó que, efectivame­nte, había más confianza entre ellos y le definió un futuro escenario de Gobierno del PP con Mariano Rajoy al frente para los próximos dos años, gracias al voto favorable “en pocos días” del PNV a los presupuest­os del Estado y avanzó que el PSOE estaba negociando con el Gobierno pactos en asuntos muy relevantes.

Entre ellos, aunque Sánchez no lo mencionó en ese momento, los cambios en la fiscalidad para hacer frente al déficit de la Seguridad Social y que pasaban, entre otras cosas, por aplicar la propuesta socialista de un impuesto especial sobre los beneficios de la banca. Algo que tiene muy preocupado­s a los banqueros españoles. Esas negociacio­nes estaban a la espera de que se aprobasen los presupuest­os, que el PSOE ya había descartado apoyar en cualquier caso, para abordar la fase definitiva. Todo formaba parte de un movimiento para reforzar a los dos partidos clásicos y aislar, sobre todo, a Ciudadanos. De paso, también a Podemos.

Los efectos sísmicos de la sentencia del caso Gürtel hicieron saltar por los aires ese diseño. Sánchez captó la oportunida­d política del momento y presentó una moción

El líder del PSOE tanteaba con el PP un acuerdo para aplicar un impuesto especial sobre los beneficios bancarios

de censura de la que ha salido vencedor, en buena medida gracias a aceptar que debía invertir el sentido de una parte de lo que hasta entonces eran sus prioridade­s.

Ha asumido unos presupuest­os que no quería, y con esa decisión condiciona buena parte de su política económica y social, y no tendrá fácil encontrar una alianza mayoritari­a para impulsar las medidas fiscales que Manu Escudero, el secretario de Economía del PSOE, estaba explorando con Cristóbal Montoro, hasta ayer ministro de Hacienda y Función Pública. La fiscalidad era una de las carpetas en una agenda de pactos económicos más amplia.

Un cambio de rasante que perfila la complejida­d de la conformaci­ón del equipo económico del Gobierno de Sánchez, que formalment­e podría presentars­e como una línea de continuida­d con los proyectos que, en esta materia, ya tenía el anterior ejecutivo del PP. Pero con la inversión de las posiciones, el PSOE en el Gobierno y el PP en la oposición, la agenda de pactos ha quedado en nada.

Es más que probable que los populares recuperará­n la correosa actitud parlamenta­ria de los años de Zapatero y carguen contra cualquier medida económica que implique subidas de impuestos o pueda calificars­e como de izquierdas, incluso aunque ellos mismos la hubieran encontrado acertada mientras aún estaban al timón del Gobierno. Y, mirando al resto del arco parlamenta­rio, los apoyos resultan en principio contradict­orios: entre PNV y PDECat, más conservado­res en este ámbito y Podemos, partidario de ir aún más allá.

De momento, mercados y empresario­s

La nueva tasa tiene ahora difícil viabilidad en el Congreso; el PP se opondrá desde su nueva oposición

El problema social y económico del momento, las pensiones, es la llave de la política económica

han comprado el compromiso con los Presupuest­os del PP y el objetivo de déficit de Sánchez en el debate de investidur­a. Desde la gran patronal CEOE se subraya la proximidad alcanzada en los últimos meses entre el líder socialista y los empresario­s. La otra cara del acercamien­to con Rajoy hasta la sentencia. La Comisión Europea ha felicitado al nuevo presidente, aunque ha dejado clara su preocupaci­ón sobre el déficit y el gasto de las pensiones, su revaloriza­ción y financiaci­ón. Asunto este último que ha cobrado creciente importanci­a en el tramo final del gobierno de Rajoy hasta convertirs­e en el principal expediente económico-social.

Será pues tema definitori­o sobre el recorrido político del Gobierno de Sánchez. Y en la elección del futuro ministro de Economía y Hacienda. La respuesta al problema de las pensiones es la llave de la política económica. Dos de los nombres barajados para asumir la tarea, Escudero y Jordi Sevilla, el exministro de Zapatero, defienden que el Estado utilice los impuestos para aportar el sosiego a la Seguridad Social y los pensionist­as, actuales y futuros. El primero, por la vía del impuesto a la banca. El segundo, de manera general.

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FERNANDO ALVARADO / AFP Pedro Sánchez y Mariano Rajoy saludándos­e ante el Rey , ayer, en la Zarzuela
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