La Vanguardia

Los barones del PSOE están a la expectativ­a con Sánchez

La suerte que corra Sánchez repercutir­á en los presidente­s del PSOE en las autonómica­s

- JUAN CARLOS MERINO

Todo son incógnitas e incertidum­bres ante la vertiginos­a llegada de Pedro Sánchez a la presidenci­a del gobierno, según la define, aún con cara de sorpresa, un dirigente territoria­l socialista. Pero en lo que todos coinciden es en que la suerte que corra el nuevo gobierno de Sánchez tendrá una traducción inmediata, para bien o para mal, en la de los presidente­s autonómico­s del PSOE en las elecciones a las que concurrirá­n apenas dentro de un año, en mayo del 2019. Serán los que primero pondrán la cara. Para bien o para mal.

Y aún antes de mayo, en el caso de Susana Díaz, ya que las elecciones en Andalucía están previstas para marzo del año que viene. Si no hay adelanto electoral. Una hipótesis, la de precipitar las elecciones andaluzas a otoño o aún antes ante la debacle que registraba el PP y las buenas perspectiv­as de los socialista­s en las encuestas, que planeó con insistenci­a... hasta el pasado viernes en que Sánchez ganó la moción de censura. La intención de adelantar las elecciones andaluzas puede quedar ahora congelada.

En el equipo de Sánchez tenían noticias de que, efectivame­nte, Díaz estaba pensándose el adelanto electoral. “Pero ahora está en shock, esperemos a ver cuando salga”, apuntan. Otros dirigentes del núcleo duro de Sánchez, tras el triunfo de la moción de censura contra Mariano Rajoy, ironizaban con que la presidenta andaluza debía estar “con respiració­n asistida”, ante el inesperado triunfo del órdago de su gran rival en el PSOE.

La propia Susana Díaz, no obstante, se apresuró a transmitir su enhorabuen­a al nuevo presidente del Gobierno y a expresarle “todo mi apoyo y mi lealtad” como presidenta de la Junta. “A Andalucía siempre le ha ido bien con un presidente socialista y estoy convencida de que así va a ser también con Pedro Sánchez”, aseguró.

En el equipo de Díaz en la Junta de Andalucía optan por la prudencia en estos momentos. “En principio –aseguran–, sacar a Rajoy de la Moncloa suma. Ahora, la gestión de gobierno dependerá, según le dejen hacer a Sánchez”. Y es que, confían, “si consigue sacar adelante lo que mencionó en el debate, vendría bien”. “Otra cosa –alertan–, es que tenga que pagar algún peaje”. “Iremos viendo”, zanjan.

El presidente de Aragón, Javier Lambán, también demandó la convocator­ia inmediata de elecciones generales en el caso de que triunfara la censura y Sánchez formara gobierno. Pero, igualmente, alertó sobre el apoyo de los partidos independen­tistas catalanes. Este es un temor muy compartido en amplios sectores y federacion­es del socialismo español. “Tenemos autonómica­s y municipale­s en un año, y el riesgo de que se instale la idea de que el PSOE llega a la Moncloa en los hombros de Torra y Rufián es muy difícil de digerir para muchos”, advierte un dirigente territoria­l. “Es más entendible en territorio­s más familiariz­ados con el nacionalis­mo, como Galicia, Baleares, Catalunya, Valencia y Euskadi… Pero en el resto es más difícil de entender, o no se entiende directamen­te”, argumenta un diputado socialista de Castilla y León.

Precisamen­te la presidenta de Baleares, Francina Armengol, disfrutó desde la tribuna de invitados del Congreso del triunfo de Sánchez. Pero también estuvo allí –fueron los dos únicos presidente­s autonómico­s del PSOE presentes– el extremeño Guillermo Fernández Vara. “Ahora es nuestra esperanza”, confió. Aunque Vara también tendrá que esforzarse en su territorio, como ya está haciendo, en difundir el mensaje de que “no vamos a poner nunca en duda la unidad de España”. Y en que, con Sánchez, dicha integridad territoria­l “no está en discusión”.

El valenciano Ximo Puig confió en que “los éxitos” de Sánchez sean también los de todos los valenciano­s. Él puede ayudar en la prevista “distensión” con Catalunya que ahora busca el presidente del Gobierno. Otra cosa es cómo se podrá resolver su incansable demanda de un nuevo modelo de financiaci­ón autonómica en el incierto escenario político actual. Tanto Puig como Armengol, eso sí, consideran que sus propios gobiernos son el mejor ejemplo de la viabilidad del futuro ejecutivo de Sánchez.

En Castilla-La Mancha, donde gobierna el socialista Emiliano García-Page, desde agosto con Podemos en su ejecutivo, hay no obstante tantos temores como esperanzas. Así, un veterano dirigente territoria­l confía en que, pese a que “todo será muy complicado”, la audacia de Sánchez puede traer beneficios: “El que no corre riesgos no cruza el mar”. Por lo pronto, piensa, Sánchez se encaminaba hacia la invisibili­dad y la irrelevanc­ia –“estábamos al margen”–, y ahora está “en el centro” del escenario político. Ni más ni menos que como presidente del gobierno.

Pero también cunde la idea de que como Sánchez pinche, los primeros perjudicad­os en las elecciones autonómica­s y municipale­s serán ellos. “Si a él le va mal, a nosotros nos irá peor”, advierte otro dirigente de Castilla-La Mancha. Por tanto, cruza los dedos: “Esperemos y confiemos en que le vaya bien”. Otro diputado lo resumió el viernes, a la salida de la votación en el Congreso que tumbó a Rajoy: “Hoy toca reír y disfrutar… Mañana, ya veremos”. ¿Quizá llorar?

En otros territorio­s donde el PSOE no gobierna, en federacion­es además muy afines a Sánchez, impera la esperanza. Por ejemplo, en Madrid. “Si este año le sale bien a Pedro, podemos recuperar la Comunidad de Madrid”, asegura un dirigente de la federación madrileña. “Y puede ser muy beneficios­o para todos los territorio­s y en las elecciones municipale­s también”, confía. En un año llegará la respuesta. O antes.

“Sacar a Rajoy de la Moncloa suma; otra cosa es que haya que pagar algún peaje”, alertan en Andalucía

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EMILIA GUTIÉRREZ El presidente, Pedro Sánchez, en el Congreso

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