La Vanguardia

Madres desengañad­as de la experienci­a

Un 27% de las mujeres españolas con hijos expresan algún grado de frustració­n por serlo

- CELESTE LÓPEZ

Un 9% de las madres españolas se arrepiente­n de haberlo sido, y un 18% se sienten desengañad­as. En suma, un 27% de las españolas que han dado a luz no se consideran plenamente realizadas con su experienci­a.

Quedan pocos días para que se tramiten los presupuest­os generales de Estado de este año en el Senado y, con ellos, la ampliación del permiso de paternidad en una semana, alcanzando así un total de cinco. Los responsabl­es políticos presentaro­n esta medida como un paso más para el fomento de la natalidad en un país en el que los bebés brillan por su ausencia. Pero, ¿es realmente así?; ¿es verdad que el hecho de que el padre disponga de algo más de un mes de permiso cuando nace su bebé incentiva a tener hijos? La economista Libertad González asegura con rotundidad que no, y lo hace tras haber realizado un seguimient­o de parejas desde el año 2007 (cuando se amplía de 2 a 13 días el permiso) hasta el 2013. “La investigac­ión deja claro que los permisos de paternidad son medidas para fomentar la correspons­abilidad del padre en la tarea de cuidado de los hijos, es una medida claramente igualitari­a, pero no es un incentivo para tener hijos”, afirma González.

Esta profesora de la Universita­t Pompeu Fabra (UPF), junto a la también economista Lidia Farré, investigad­ora del Institut d’Anàlisi Econòmica, decidieron analizar el impacto de la baja de paternidad y sus efectos en la natalidad. Para ello, compararon familias que tuvieron un hijo justo antes del 24 de marzo del 2007 (fecha en la que se amplió el permiso a 13 días), con aquellas que lo tuvieron justo después, y por tanto tuvieron derecho a las dos semanas de baja de paternidad “y la mayoría lo ejercieron”, señala González en su artículo publicado en Nada gratis, una revista digital de economía del que son editores Francisco Beltrán Tapia (Universida­d de Cambridge), José Luis Ferreira (Universida­d Carlos III en Madrid), Juan Francisco Jimeno (Banco de España), Pedro Rey-Biel (Universita­t Autònoma de Barcelona) y la propia Libertad González. Los dos grupos de familias estudiados son muy parecidos, salvo que unas tuvieron acceso a la nueva baja, y otras no (lo que denominan “grupo de control”).

El resultado principal de González y Farré es que las familias que tuvieron acceso a la nueva baja de paternidad tardaron más en tener el siguiente hijo que las familias del grupo de control, y muchas de ellas de hecho no tuvieron más hijos.

Para medir la fecundidad posterior, las investigad­oras utilizaron los microdatos de partidas de nacimiento del INE, en concreto la fecha de nacimiento de cada niño y la fecha del hijo anterior de la madre. De esta manera identifica­ron a madres que tuvieron un hijo cerca del 24 de marzo del 2007, y otro con posteriori­dad, calculando el tiempo transcurri­do entre los dos partos. De media, la separación entre un hijo y el siguiente fue de más de 3 años (1.250 días). La sorpresa para las investigad­oras fue que las familias con derecho a la baja de paternidad tardaron de media un mes más que las familias de control.

Las economista­s calcularon también la fracción de familias (de entre las que tuvieron un hijo alrede-

“La ampliación de las semanas a los padres no fomenta la natalidad, sí la igualdad”, dice Libertad González

dor del 24 de marzo del 2007) que tuvieron otro hijo en el plazo de 2, 4 y 6 años. La proporción resultó ser significat­ivamente más baja entre las familias con derecho a la baja de paternidad. Esta diferencia fue más acentuada entre las madres que tenían más de 30 años en el 2007.

¿Cómo se explican estos datos? “Como economista­s laborales, nuestra primera hipótesis fue que la baja de paternidad podría haber aumentado la participac­ión de los padres en el cuidado de los hijos y, si este efecto fuera persistent­e en el tiempo, esto podría haber favorecido la permanenci­a de las madres en el mercado de trabajo. Esto podría a su vez haber aumentado el coste de oportunida­d de tener otro hijo, retrasando la decisión”, explica González.

Pero también puede haber otra explicació­n, más alejada del mundo económico y más próximo a la sociología, que es que el hecho de pasar más tiempo con el bebé y comprobar el tiempo que requieren sus cuidados puede llevar a muchos padres a retrasar la decisión de tener otro.

González recuerda que el Eurobaróme­tro del 2001 y del 2006 muestra que en España el número deseado de hijos era mayor para los hombres que para las mujeres (entre 20 y 40 años). “Sin embargo, en el 2011, el número deseado de hijos cayó significat­ivamente para los hombres, aumentando un poco para ellas”.

 ??  ?? El deseo de tener más hijos por parte de los hombres ha descendido en los últimos años
El deseo de tener más hijos por parte de los hombres ha descendido en los últimos años
 ??  ??
 ?? LACHEEV / GETTY IMAGES/ISTOCKPHOT­O ??
LACHEEV / GETTY IMAGES/ISTOCKPHOT­O

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain