Kim Jong Un cambia la cúpula militar a una semana de reunirse con Trump
El líder norcoreano nombra a unos mandos más proclives al diálogo con EE.UU.
El líder de Corea del Norte, Kim Jong Un, ha dado un nuevo y contundente golpe de timón en las fuerzas armadas de su país. En una acción que se interpreta como una iniciativa encaminada a reforzar su figura en una etapa de transición en el régimen norcoreano, ha renovado toda la cúpula militar en los últimos días. Una decisión que supone un cambio generacional encaminado a propiciar la apertura del régimen norcoreano y facilitar el diálogo con Estados Unidos, a una semana de la histórica cumbre que el dirigente norcoreano mantendrá con Donald Trump, el 12 de junio en Singapur.
Los servicios de inteligencia de Corea del Sur confirmaron ayer que Kim Jong Un renovó la semana pasada a los máximos responsables de las fuerzas armadas de su país, según la agencia Yonhap. Sustituyó a unos mandos conocidos por su línea dura y por ser contrarios a la desnuclearización por unos generales más jóvenes y más afines a él. Una reorganización que los analistas interpretan como una iniciativa de Kim para aumentar el control del partido sobre el ejército, en unos momentos críticos en los que el joven dirigente ha apostado por la apertura internacional y el desarrollo económico.
En esta renovación de cargos clave, Kim ha situado al general Kim Su Gil, considerado un hombre de su máxima confianza, al frente del poderoso Buró Político General del ejército, en lugar de Kim Jong Gak. Un nombramiento que los expertos en asuntos norcoreanos consideran que tiene como objetivo reforzar el control del partido sobre las fuerzas armadas, que son en sí mismas un verdadero centro de poder dentro del régimen.
El joven líder ha destituido, asimismo, al hasta ministro de Defensa, Pak Yong Sik, que accedió al cargo en mayo del 2015 y le acompañó a la cumbre intercoreana del 27 de abril. En su lugar ha nombrado al hasta ahora primer viceministro, No Kwang Chol, un general considerado moderado.
Y el jefe del Estado Mayor, el general Ri Myong Su, ha sido sustituido por su segundo, Ri Yong Gil, de 63 años y 21 menos que su antecesor en el puesto.
Se trata de unos nombramientos que tanto las autoridades de Corea del Sur como algunos analistas independientes opinan que están dirigidos a promover el acercamiento intercoreano y el diálogo con Washington. “El Norte parece apostar por caras nuevas, en relación a los anteriores responsables, que carecían de flexibilidad en su forma de pensar”, dijeron fuentes de los servicios de inteligencia surcoreanos.
Una reflexión que estaría directamente relacionada con las ideas de Kim de firmar la paz con EE.UU. y proceder a la desnuclearización. Un objetivo que choca con buena parte de los mandos más veteranos del ejército de su país, que intentarían frenar las negociaciones que los representantes de Pyongyang y Washington mantienen en Panmunjon, en busca de un acuerdo que asegure el éxito de la cumbre de Singapur entre Kim y Trump y abra la vía de la inversión internacional para Corea del Norte.
Un consenso que debería pasar por la progresiva desnuclearización de Corea del Norte, a cambio de una flexibilización de las sanciones económicas y garantías de
El mandatario ha sustituido a los generales más veteranos, contrarios a la desnuclearización
supervivencia para el régimen.
La apuesta por la desnuclearización y la apertura del régimen ha convertido, por otra parte, a Kim en el dirigente internacional de moda. De ser un paria repudiado por todo el mundo ha pasado a ser un mandatario con una intensa actividad diplomática.
En el espacio de un mes, el líder norcoreano ha mantenido dos cumbres intercoreanas, se ha reunido también dos veces con el presidente chino, Xi Jinping, y la semana próxima se encontrará con Trump en Singapur. A ello se suma la invitación, ayer mismo, del presidente ruso, Vladímir Putin, de verse en Vladivostok en septiembre, y el anuncio del presidente sirio, Bashar el Asad, de que viajará a Pyongyang. Pretendientes no le faltan ahora a Kim.