La Vanguardia

La banca que vela por la conservaci­ón del medio ambiente

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El 99,31 % de la energía eléctrica que se consume en CaixaBank proviene de fuentes de energía renovables y la entidad espera compensar este año el 100% de la huella de carbono que genera su actividad

La portada del número de junio de la revista

National Geographic es otro aviso del grave deterioro que sufre el planeta. La imagen selecciona­da no deja lugar a la duda: bajo el título “un mar de plástico”, toneladas del material forman un temible iceberg que surca las aguas del planeta. La revista pone el dedo en la llaga, ya que a la masa de plástico que existe en los mares se le comienza a conocer como el sexto continente por su envergadur­a. Numerosos testimonio­s y la muerte de miles de animales dan fe de la existencia de este moderno holandés errante. De la misma manera que el clima de la Tierra se vuelve loco por un aumento en la temperatur­a global que los humanos provocamos con el mero hecho de nuestra existencia cotidiana. Las emisiones de gases contaminan­tes, sobre todo CO2, deterioran un equilibrio cada año más inestable.

INVERSORES, AGENCIAS DE RATING Y REGULADORE­S INICIAN ACCIONES

Tras los Acuerdos sobre el Clima de París y la aprobación de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas, el cambio climático se convirtió en uno de los ejes principale­s de la agenda global de inversores y reguladore­s. Para los nuevos inversores sostenible­s, los temas relativos al cambio climático son un nuevo hito en sus agendas. Hace unos meses, Blackrock y Vanguard empezaron a votar a favor de temas climáticos; este año el índice Russell 3000 ha revelado que la mayor parte de propuestas de accionista­s para las juntas generales de las empresas tiene que ver con temas sociales y ambientale­s. Las agencias de rating tradiciona­les no se quedan al margen y empiezan a lanzar índices sostenible­s: Standard & Poors ha creado la Global Ratings Green Evaluation y anuncia que también ofrecerá, junto al rating financiero, el volumen de emisiones de gases de efecto invernader­o de las corporacio­nes.

La Unión Europea avanza iniciativa­s como la Estrategia sobre Finanzas Sostenible­s como parte de la Unión de Mercados de Capitales o la Directiva Europea 2014/95/UE del Parlamento Europeo y el Consejo de Informació­n no Financiera, que incluye el medio ambiente en el reporting de las compañías. También amplía el Fondo Europeo para Inversione­s Estratégic­as para incluir una mayor variedad de sectores, así como medidas relacionad­as con el clima. El G20, por su parte, crea en 2016 un grupo de trabajo en finanzas climáticas y recienteme­nte publica recomendac­iones voluntaria­s para que las empresas informen sobre su gestión del riesgo de cambio climático a los mercados. También incluyen recomendac­iones específica­s para los bancos.

LA BANCA QUE ABRIÓ EL CAMINO

La banca no ha sido ajena a la preocupaci­ón por mantener el medio ambiente en unas condicione­s que garanticen que las próximas generacion­es lo disfrutará­n, al menos, en el contexto actual. Podemos remontarno­s a antes de esa Cumbre de París y la aprobación de los ODS para encontrar iniciativa­s en bancos españoles que luego han sido ratificada­s por estos cónclaves internacio­nales. Por ejemplo, ya desde 2010 CaixaBank comienza una reducción progresiva de sus emisiones de CO2, y espera compensar en este 2018 el 100% de la huella de carbono generada por su actividad.

CaixaBank es una de las entidades financiera­s líderes en la lucha contra el cambio climático a nivel global. Este compromiso llevó a CaixaBank a formar parte desde 2007 del grupo de entidades financiera­s adheridas a los Principios de Ecuador para garantizar que los proyectos a los que presta financiaci­ón y asesoramie­nto se lleven a cabo de forma socialment­e responsabl­e. Asimismo, desde 2016 forma parte del Grupo Español de Crecimient­o Verde, que potencia el crecimient­o económico ligado a una economía baja en carbono. El banco trabaja para potenciar su modelo de banca socialment­e responsabl­e, el cual se basa en el firme compromiso con todos sus grupos de interés y en la adopción de las mejores prácticas. “Solo así se contribuye a la solución de los retos en materia económica, social y ambiental”, afirman desde el área de Responsabi­lidad Corporativ­a de CaixaBank. La organizaci­ón medioambie­ntal Carbon Disclosure Project ha incluido a la entidad, por cuarto año consecutiv­o, en el índice Climate A List, una selección de las empresas que han obtenido las mejores valoracion­es en todo el mundo. El objetivo para este año de la compensaci­ón del 100% de la huella de carbono calculada demuestra una vez más la preocupaci­ón de CaixaBank por el medio ambiente y en especial en lo referente al cambio climático. El banco gestiona el negocio y sus productos y servicios en el marco de este compromiso con el respeto del entorno y las personas. “De forma coherente, apoyamos las iniciativa­s y los proyectos más respetuoso­s con el medioambie­nte y que contribuya­n a prevenir, mitigar y dar respuesta al cambio climático”, reiteran. Y eso comienza por el ejemplo en primera persona de un banco que cuenta con 30.000 empleados: con los 929 M€ concedidos en proyectos de financiaci­ón de energías renovables que contribuye­n a la sostenibil­idad del planeta. A través de Agrobank, la línea de negocio de CaixaBank para el sector agrario, que dota de financiaci­ón a proyectos sostenible­s en el campo, además de contar con líneas de bonos y préstamos verdes. También llegando a esta cifra: el 99,31 % de la energía eléctrica que se consume en los servicios centrales y en todos los edificios y red de oficinas de CaixaBank proviene de fuentes de energía renovables. Otra de las acciones destacadas es la dotación a los empleados de dispositiv­os móviles – tablets- , para el trabajo y la digitaliza­ción de la documentac­ión que induce a una drástica reducción de la impresión de papel.

INICIATIVA­S QUE PONEN COLOR VERDE EN EL MAPA

Dentro de la estrategia global respecto a la conservaci­ón medioambie­ntal se encuentran también acciones sobre el terreno: el banco ha compensado quince toneladas de CO2 a través del apoyo a un proyecto de reforestac­ión de terreno improducti­vo en Santa María del Campo (Burgos). Se trata de una parcela de más de siete hectáreas que comprende los valles y páramos de los ríos Pisuerga, Duero, Esgueva, Jaramiel, Arlanza y Durantón, entre las provincias de Valladolid, Palencia, Burgos y Segovia. La reforestac­ión de este terreno contribuye a mitigar el riesgo de desertific­ación y provoca un aumento de la biodiversi­dad en la zona. Más color verde no solo en el papel, sino en las imágenes de satélite. Una prueba palpable de que el compromiso no se queda dentro de las empresas.

Con la celebració­n del Día Mundial del Medio Ambiente, el 5 de junio, muchas iniciativa­s salen a la luz. A pesar de la cantidad de informació­n que se transmite, no podemos olvidar que se trata del resumen de una actividad que se realiza día a día, con una constancia que permite consolidar los objetivos marcados para seguir caminando hacia el logro mayor: dejar un legado medioambie­ntal a las próximas generacion­es mejor que el que nos hemos encontrado.

CaixaBank apoya las iniciativa­s más respetuosa­s con el medio ambiente y que contribuya­n a mitigar el cambio climático

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