LacampañadelaONU #MaresLimpioslograsus primeroscompromisos
Naciones Unidas está dispuesta a eliminar de mares y océanos los microplásticos y atajar el uso excesivo de plásticos de un solo uso. Ya hay más de 40 países que han aceptado el reto y se están proponiendo medidas para combatir este problema de alcance mu
Objetivo, contaminación cero. Cada año, 8 millones de toneladas son arrojadas a los océanos. Gran parte de estos desperdicios están compuestos por plásticos desechables y, si mantenemos el ritmo actual, en 2050 habrá más plástico que peces en el mar.
Con el lema #Mares limpios, el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) lanzó a principios de 2017 una ambiciosa campaña para eliminar de mares y océanos los microplásticos y atajar el uso excesivo de plásticos de un solo uso. La campaña fue presentada en Bali durante la Cumbre Mundial del Océano y llama a los gobiernos a comprometerse con políticas para la reducción y eliminación del plástico. También demanda a la industria que reduzca los envases elaborados con este material y que rediseñe sus productos; y apela a los consumidores a que no utilicen los envases de usar y tirar. En octubre del mismo año, España se unió a la campaña y, a día de hoy, ya son más de 40 los países que se han adherido.
El mundo se ha puesto en marcha para proteger mares y océanos: Bélgica, Brasil, República Dominicana, Panamá y Filipinas están adoptando planes y legislación nacionales para combatir la basura marina. Canadá financia programas basados en la comunidad, como la limpieza de playas, y avanza en investigaciones cruciales sobre el impacto de los microplásticos.
COMPROMISOS
Indonesia se ha comprometido a reducir el desperdicio de plástico en 70% para 2030; mientras Kenia, Jordania, Madagascar, Chile, Colombia y Francia se han comprometido a prohibir las bolsas de plástico de un solo uso o no biodegradables. También Nueva Zelanda prohibirá productos que contengan microplásticos a partir de junio. Los microplásticos o microesferas de plástico están presentes en muchos productos de higiene como cremas exfoliantes, pastas dentífricas y jabones. Llegan a mares y océanos a través de nuestros desagües y su efecto en el medio ambiente es evidente. Hay estudios que afirman que en cada kilómetro cuadrado de sedimentos marinos pueden encontrarse alrededor de 4.000 millones de restos microscópicos de este compuesto.
Los expertos han encontrado restos de microplásticos en más de 220 especies que los absorben, como los mejillones, las gambas, las langostas, las sardinas o el bacalao. La Organización de la ONU para la Alimentación y la Agricultura (FAO) ha reunido todos los estudios sobre las implicaciones de los microplásticos para la pesca y la acuicultura, y reconoce que todavía no hay evidencias científicas que corroboren efectos dañinos. El problema sería, a juicio de los científicos, las sustancias contaminantes y de aditivos que se añaden a los plásticos durante su fabricación o son absorbidos en el mar, aunque faltan datos sobre su impacto en la salud.