La Vanguardia

Adrian Coman

CIUDADANO RUMANO

- JAUME MASDEU Bruselas. Correspons­al

Un largo pleito iniciado por el rumano Adrian Coman y su marido, el estadounid­ense Claibourn Hamilton, ha culminado con una sentencia del Tribunal Europeo que protege los derechos de los matrimonio­s homosexual­es en la UE.

Adrian Coman se trasladó de Nueva York, donde reside, a Rumania para esperar un fallo judicial que intuía favorable, como así fue. Su marido, Claibourn Hamilton, se reunirá con él el viernes. Y será el momento de las celebracio­nes. “Con 7 horas de diferencia horaria es difícil celebrarlo”, comentó satisfecho Coman por teléfono a este periódico. Via Twitter, Claibourn se felicitaba: “Ahora estamos un paso más cerca de ser reconocido­s como familia”.

El motivo de la celebració­n es que el matrimonio Coman-Hamilton había conseguido que el Tribunal Europeo de Justicia les diera la razón, que les reconocier­a una parte de sus derechos como matrimonio que Rumanía, el país de Coman, les negaba. Es decir, que un matrimonio homosexual, en este caso entre un rumano y un norteameri­cano, tiene los mismos derechos de residencia que un matrimonio heterosexu­al en la Unión Europea.

Lo han conseguido después de una batalla legal de seis años. El Tribunal de Luxemburgo sentencia que cada país puede decidir el reconocimi­ento o no del matrimonio entre parejas del mismo sexo, ya que los jueces europeos no tienen competenci­as. Pero donde sí tienen y las ejercen es en hacer respetar la libertad de circulació­n y residencia dentro de la Unión Europea. Si Coman y Hamilton están casados legalmente, como es el caso (lo hicieron en Bélgica en el 2010) pueden trasladars­e a Rumanía y al cónyuge norteameri­cano no se le puede obstaculiz­ar la residencia. Le avala su matrimonio con un ciudadano rumano. Aquí, el sexo no importa, dicen los jueces.

La sentencia establece que el concepto de “cónyuge”, que designa a una persona unida a otra mediante el vínculo matrimonia­l, es neutro desde el punto de vista del género, por lo que puede incluir al cónyuge del mismo sexo del ciudadano de la Unión.

Es precisamen­te lo que hicieron con Claibourn , a quién sólo le daban un visado para una estancia de tres meses en Rumanía, dado que no le reconocían el matrimonio que había contraído con Adrian Coman, ciudadano rumano. Por ello iniciaron una travesía jurídica en Rumanía que llegó al Tribunal Constituci­onal, que fue el que consultó al Tribunal Europeo.

“No nos imaginamos que iba a durar tanto” declaró a La Vanguardia Coman, para añadir que “ahora nos hemos dado cuenta del impacto de la decisión”. Es cierto que tendrá influencia, porque

El tribunal considera que el concepto de “cónyuge” es neutro desde el punto de vista de género

Rumanía no es el único país de la Unión Europea que no reconoce ningún tipo de unión entre personas del mismo sexo. En la misma situación están Bulgaria, Polonia, Eslovaquia, Lituania y Letonia. Países que, a partir de esta sentencia, no están obligados a reconocer estas uniones, pero sí los derechos de residencia de casos como el de Coman y Claibourn. De momento, seguirán residiendo en Nueva York, pero ahora tienen una puerta abierta si quieren trasladars­e a Rumanía.

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VADIM GHIRDA / AP Claibourn Hamilton y su marido, Adrian Coman, demandaron al Gobierno rumano

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