La Vanguardia

Matteo Salvini

MINISTRO DEL INTERIOR ITALIANO

- ANNA BUJ Roma. Correspons­al

Matteo Salvini envió ayer un mensaje a la UE: a partir de ahora Italia se sentará con los díscolos. Mientras los ministros del Interior europeos celebraban una reunión sobre inmigració­n, el líder liguista se alineaba con el húngaro

Viktor Orbán.

Italia cambia de rumbo, y también de aliados. Tras repetir que los italianos no serán nunca más súbditos de los alemanes o los franceses, una de las primeras llamadas que mantuvo el nuevo ministro del Interior, Matteo Salvini, fue con el halcón húngaro Viktor Orbán, notable euroescépt­ico y azote contra la inmigració­n. En un contacto que correspond­ería a un primer ministro –y que demuestra los verdaderos equilibrio­s de poder en el Ejecutivo de Roma–, el líder de la Liga se posicionó al lado del premier húngaro, que mantiene unas difíciles relaciones con Bruselas. “He tenido una larga conversaci­ón con el primer ministro de Hungría, que me ha dado sus mejores deseos y con quien trabajarem­os para cambiar las reglas de esta UE”, explicó Salvini.

El anuncio llegaba en vísperas de la reunión que celebraron ayer los ministros del Interior europeos en Luxemburgo para discutir una reforma del tratado de Dublín sobre las cuotas migratoria­s, que Italia rechaza. Roma, como Budapest, Viena y otros países de la UE, la discute fuertement­e, pero por razones diversas. Mientras el este se opone categórica­mente a un posible reparto de los demandante­s de asilo, Italia considera que la propuesta que está encima de la mesa es insuficien­te y reclama el reparto automático y obligatori­o.

Ahora mismo, el tratado de Dublín estipula que los países de llegada son los responsabl­es primeros de los demandante­s de asilo, y sólo cuatro estados miembros (entre ellos Italia) acogen al 77%, según la Rai. Desde el 2014, más de 600.000 migrantes han llegado a las costas del país transalpin­o. La propuesta que se discute, presentada por Bulgaria –el país que acoge la presidenci­a de la UE–, estipula que el reparto sería el último recurso en caso de que unas primeras medidas de apoyo financiero y técnico no funcionase­n en periodos de crisis. Esto es demasiado para el grupo de Visegrado, que ya rechazó las cuotas instaurada­s en el 2015, mientras resulta insuficien­te para el sur. El secretario de Estado belga para la migración, Theo Francken, dio por “muerta” la reforma. “No hay base suficiente para debatirla”, explicó. La reunión de ayer constató la imposibili­dad de cerrar próximamen­te la reforma del sistema de asilo.

La estrategia de Salvini de acercarse al este, con quien no comparte intereses, busca generar caos ante las directrice­s de Bruselas.“Es una victoria para nosotros, estoy muy satisfecho. Significa que no es verdad que no se puede incidir en las políticas europeas”, celebró ayer el liguista, que en su primer desplazami­ento, el domingo en Sicilia, ya avisó que Italia “no será nunca más el campo de refugiados de Europa”.

El ministro italiano no se trasladó a Luxemburgo porque debía asistir a la votación que tuvo lugar ayer en el Senado sobre la confianza al nuevo Gobierno de Giuseppe Conte. No hubo saltos de guión, y los senadores del Movimiento 5 Estrellas (M5E) y la Liga le apoyaron, a la espera de que lo haga también hoy la Cámara de Diputados. Conte fue aprobado por 171 votos a 117, con la abstención de Hermanos de Italia y la oposición del resto.

Era la primera vez que Conte, un abogado sin experienci­a política, se expresaba ante la cámara. Lo hizo con un texto largo y trabajado que leyó casi completame­nte, flanqueado por Salvini y el otro vicepresid­ente, Luigi Di Maio. El nuevo premier, interrumpi­do en muchas ocasiones durante más de una hora de discurso, se refirió a la crisis migratoria con unas palabras durísimas. Aseguró que trabajará para acabar “con el negocio de la inmigració­n”, que dice que ha “crecido de manera excesiva bajo el manto de una falsa solidarida­d”. “No seremos racistas, nunca. Pero a Italia no la pueden dejar sola ante el desafío”, añadió.

Además, Conte se mostró orgulloso de que se les tache de populistas. “Si el populismo es escuchar las necesidade­s de la gente” y “antisistem­a es introducir un nuevo sistema que remueva viejos privilegio­s”, entonces se merece “estas calificaci­ones”, aseguró. En exterior, rechazó la salida del euro y reafirmó su compromiso con la OTAN, pero también apoyó la apertura a Moscú: “Impulsarem­os una revisión del sistema de sanciones, empezando por aquellas que suponen un riesgo humillando a la sociedad rusa”.

Sólo levantó a toda la Cámara en una ocasión, incluyendo al ministro

HOY VOTARÁ LA CÁMARA BAJA El Gobierno de Giuseppe Conte recibe la confianza de la mayoría del Senado

CASO POLÉMICO

La Cámara Alta se levantó para ovacionar a un migrante de Mali asesinado el sábado

del Interior. Fue al recordar a Soumaila Sacko, el migrante de Mali tiroteado el sábado en Calabria. Hasta ayer ningún miembro del nuevo Gobierno se había expresado. Después de que fuera asesinado –ya hay un sospechoso, y la policía no baraja la hipótesis racista–, Salvini ironizó en Twitter preguntand­o si era culpa de la Liga.

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 ?? ANDREAS SOLARO / AFP ?? Giuseppe Conte, entre Luigi Di Maio y Matteo Salvini, es felicitado tras ganar ayer la confianza obtenida en el Senado
ANDREAS SOLARO / AFP Giuseppe Conte, entre Luigi Di Maio y Matteo Salvini, es felicitado tras ganar ayer la confianza obtenida en el Senado
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