La fragmentación del voto complica la formación de gobierno en Eslovenia
El nacimiento del nuevo Gobierno esloveno se augura largo y complejo. Los comicios celebrados el pasado domingo han dejado un escenario político muy fragmentado, con la entrada de nueve partidos en el Parlamento que no tienen la fuerza necesaria para alcanzar la mayoría absoluta por sí solos.
El presidente del país, Borut Pahor, encargó el lunes la tarea de formar gobierno al ganador de los comicios, el conservador y euroescéptico Janez Jansa, del Partido Demócrata Esloveno (SDS). El discurso antiinmigración del ex primer ministro del país convenció al 25% del electorado, un porcentaje que obliga a Jansa a encontrar aliados para obtener más de la mitad de los 90 escaños que componen el Parlamento esloveno. Sólo los conservadores de Nueva Eslovenia y los derechistas del Partido Nacionalista Esloveno se han mostrado favorables a apoyarlo. Pero la suma de los tres sería insuficiente: obtendrían 36 escaños, 10 menos de los necesarios para formar gobierno.
Ante este panorama, Pahor ya anunció el lunes que se buscarían fórmulas alternativas si Jansa es incapaz de formar gobierno. Una de ellas sería una coalición de partidos de centroizquierda, encabezada por la Lista de Marjan Sarec (LMS), un excomediante anti establishment que obtuvo el 13% de los votos. Todavía no está claro de quién recibiría apoyo. Tras de él, los partidos que tuvieron más sufragios de los 1,7 millones de eslovenos llamados a las urnas, fueron el Partido Moderno del Centro (SMC), del hasta ahora primer ministro, Miro Cerar (10%), y la Izquierda (10%).
De todas formas, la analista Otilia Dhand, de Teneo Intelligence, apuntaba en un informe que “cualquier coalición será inestable y que la toma de decisiones del nuevo gobierno quedaría frenada por la disparidad de prioridades de los diferentes partidos”.
Las negociaciones para formar gobierno se prevén largas y volátiles. El Parlamento debe celebrar la primera sesión en 20 días y luego, el presidente tiene 30 días para nombrar el candidato para primer ministro. Si los acuerdos de coalición llegan a buen puerto, el nuevo Ejecutivo tendrá en sus manos determinar si Eslovenia sigue en la línea de la última década o si cambia de bando y se alinea con los gobiernos euroescépticos y contrarios a la inmigración que se han erigido en los últimos tiempos en Austria, Hungría e Italia.