El hombre fuerte para todo
Él mismo ironiza con que, desde el renacimiento político de Pedro Sánchez hace ahora un año –un resurgir en el que desempeñó un papel fundamental–, se ha convertido en un hombre para todo: “¡Yo sirvo para un roto y para un descosido!”, bromea. Prueba de ello es que, a la paliza que ya llevaba acumulada, desde que Sánchez registró por sorpresa la moción de censura que finalmente tumbó a Mariano Rajoy, suele dormir “entre tres y cuatro horas al día”, según reconoce con pesar. Pero, aunque comprueba con resignación que los años no pasan en balde, tiene un aguante a prueba de bombas. El valenciano José Luis Ábalos (Torrent, 1959) tiene, como él dice, mucha vida orgánica e institucional a las espaldas. Aun sin haber cumplido la mayoría de edad, ya militaba en un PCE clandestino; y en 1981 se afilió al PSOE. Cursó la carrera de Magisterio, pero la política lo absorbió casi todo. Ha desempeñado un sinfín de cargos, en la Generalitat Valenciana, el Ayuntamiento de València, ha sido diputado provincial y nacional y lleva cuatro legislaturas en la dirección del grupo socialista en el Congreso. En las batallas orgánicas del PSOE, siempre apostó por los que desafiaron al aparato, y así lo hizo con Josep Borrell, luego con José Luis Rodríguez Zapatero y, finalmente, con Pedro Sánchez. Él fue de los pocos que no abandonó al ahora presidente del gobierno cuando fue defenestrado en aquel convulso comité federal del PSOE del 1 de octubre del 2016. Y el triunfo le fue recompensado con más trabajo y menos horas de sueño. Fue portavoz del PSOE en el Congreso apenas unas semanas, hasta que ya tomó las riendas de la secretaría de organización de Ferraz, donde logró apaciguar las hostilidades de muchas federaciones. Y ahora, sin dejar esta tarea, asume la cartera de Fomento. Sigue así los pasos de José Blanco, el secretario de organización del PSOE de Zapatero que acabó dirigiendo este ministerio. Sólo que en el caso de Blanco discurrieron nueve años desde que desembarcó en Ferraz hasta que llegó al gobierno, un camino que Ábalos ha recorrido en apenas un año.
Veterano con larga vida orgánica e institucional a las espaldas, es un puntal de Sánchez