Ultimátum del comercio a Colau por el ‘top manta’
Requieren al Consistorio de Barcelona un plan de choque que frene la venta ambulante ilegal
Las quejas de cada verano a propósito del top manta va tomando visos de tradición sin que mengüe un ápice la consolidación del fenómeno. Por tercer año consecutivo, coincidiendo con el tercer aniversario del aterrizaje del equipo de Ada Colau al Ayuntamiento de Barcelona, los comerciantes y el sector hotelero y de restauración vuelven a salir en tromba reclamando soluciones al arraigado fenómeno de la venta ambulante ilegal, que otro año más no da muestras de desfallecer a pesar de los intentos bienintencionados del gobierno municipal que hasta la fecha han resultado infructuosos para erradicar la presencia de manteros en las calles.
Las reivindicaciones de comerciantes para frenar la venta ambulante ilegal que aflora en los ejes turísticos de Barcelona fueron ayer un paso más allá. La asociación de afectados por el top manta, constituida hace tres veranos, presentó un requerimiento en el Ayuntamiento para que lleve a cabo un plan de choque con “medidas urgentes para que cesen las actividades de venta no sedentaria no autorizada ni autorizable”. La plataforma contra el top manta, que representa a más de quinientas asociaciones vecinales, empresariales y comerciales, dio ayer el primer paso de una ofensiva que podría culminar con el Ayuntamiento en los tribunales. Presentaron un escrito en la Oficina de Atención Ciudadana para requerir al Ayuntamiento que cumpla las ordenanzas sobre el uso del espacio público y la del fomento del civismo y la convivencia. Este movimiento obliga al Consistorio a dar una respuesta sobre cómo aplica la normativa municipal. A juicio de los miembros de la plataforma el gobierno municipal actúa con dejadez y pasividad, lo que origina un efecto llamada que propicia la consolidación de la venta ambulante, cuya presencia masiva de vendedores se prolonga año tras año.
El Ayuntamiento respondió con una sorprendente rapidez, apenas pocas horas después, para asegurar que desde hace meses la venta ambulante está sometida a una gran presión de Guardia Urbana, Mossos, Policía Portuaria, TMB, Renfe, Policía Nacional, Guardia Civil y Policía Aduanera que despliegan dispositivos dos veces a la semana. El año 2017 se cerró con la interposición de 64.000 denuncias por venta ambulante, según el Ayuntamiento, y en lo que va de año se han tramitado 6.337.
En el caso de que la respuesta del Ayuntamiento no satisfaga a los impulsores de la reclamación, estos amenazan con una avalancha de requerimientos que presentarían de forma individual todas las asociaciones que engloba la plataforma. Si aun así la respuesta del equipo de gobierno sigue sin convencer, la plataforma recurrirá a la justicia por la vía contencioso administrativa para denunciar al Ayuntamiento de Barcelona por incumplimiento de las ordenanzas.
El sentir del comercio de la ciudad lo resumía ayer el portavoz de la plataforma, Fermín Villar. “Cuando vienen a cobrarnos los impuestos o a multarnos por poner mal las terrazas no nos dan alternativas” y con el top manta debe ocurrir lo mismo. “Esto no es una denuncia contra las personas que ejercen esta actividad. No estamos de acuerdo con la explotación de personas como tampoco podemos tolerar una actividad que genera sobreocupación y saturación de determinados espacios y vías públicas”, subrayó Villar.
Los integrantes de la plataforma se concentraron frente al Ayuntamiento para anunciar el ultimátum y mostraron imágenes actuales sobre la presencia de manteros que inundan los principales enclaves turísticos como la Barceloneta, el paseo marítimo, la Rambla, el paseo de Gràcia y las estaciones de tren del centro de la ciudad. Los partidos de la oposición, PDECat, PSC, Cs y PP se sumaron a la reivindicación de la plataforma y lamentaron que la inacción del gobierno de Ada Colau haya desembocado en el enquistamiento de la venta ambulante.
LA RECLAMACIÓN
Piden al gobierno municipal que cumpla las ordenanzas sobre el espacio público
EL AYUNTAMIENTO RESPONDE
La policía despliega dos operativos cada semana para atajar el fenómeno