La Vanguardia

Alianza fragmentad­a

El secretario general de la Alianza Atlántica reconoce diferencia­s importante­s

- JAUME MASDEU Bruselas. Correspons­al

Aunque su secretario general, Jens Stoltenber­g, reconoce que “hay desacuerdo­s mayores sobre temas importante­s”, la OTAN quiere evitar que las crecientes tensiones entre Estados Unidos y sus aliados europeos debiliten el vínculo transatlán­tico.

La OTAN quiere evitar que las crecientes tensiones entre Estados Unidos y sus aliados europeos contaminen el ambiente en la Alianza Atlántica. Su secretario general, Jens Stoltenber­g, reconoce que “hay desacuerdo­s mayores sobre temas importante­s, pero es importante continuar y reforzar la cooperació­n en materia de seguridad… es importante que no se debilite el vínculo transatlán­tico”. La realidad es que las discrepanc­ias son numerosas, variadas y al alza. Estados Unidos y la Unión Europea se imponen mutuamente sanciones comerciale­s en la guerra del acero, las norteameri­canas ya se aplican, las europeas entrarán en vigor en julio. Por otro lado, los países europeos intentan desesperad­amente salvar el acuerdo nuclear con Irán que Washington ha abandonado, y si retrocedem­os un poco más en el tiempo, la UE sigue fiel al acuerdo de París contra el cambio climático que Trump también rechazó.

En la víspera de la reunión de ministros de Defensa de la OTAN, que tiene lugar hoy y mañana en Bruselas, el secretario general de la organizaci­ón reconoció la gravedad de las diferencia­s: “Yo no digo que estos problemas no sean importante­s. No quiero minimizar mi nivel de preocupaci­ón”. Pero, a continuaci­ón consideró que no están afectando a la OTAN: “Creo que es posible gestionar los desacuerdo­s sin debilitar a la Alianza”. Fuentes diplomátic­as afirmaban que estas tensiones de momento no tienen un “impacto directo” en la OTAN, y que “la seguridad es lo último que se toca”, pero también reconocían que si la escalada comercial continúa y, por ejemplo, se penalizan las importacio­nes de coches europeos a Estados Unidos, la cumbre de jefes de Estado de la OTAN de julio puede ser muy tensa. La embajadora norteamefe­nsa, ricana en la OTAN, Kay Bailey Hutchison, envió un mensaje que quería ser tranquiliz­ador. Dijo que a pesar de las diferencia­s bilaterale­s “la fortaleza de la OTAN no está en peligro, no hay desacuerdo sobre mantener fuerte a la OTAN”.

Tensiones externas que se pueden sumar a las dificultad­es que crean las continuas presiones norteameri­canas para que los europeos aumenten el gasto en defensa, hasta llegar a un 2% en el 2024. Hoy el secretario general dará las cifras del 2018. La tendencia al alza en el gasto en defensa es clara y generaliza­da. Se va en la buena dirección, dijo Stoltenber­g, pero seguro que hoy el secretario de Defensa norteameri­cano, Jim Mattis, añade que queda camino por recorrer. Es por ejemplo el caso de España, que está aumentando significat­ivamente el presupuest­o de de- que se situará en el 2014 en el 1,5% o 1,6%, cifras muy por encima de las actuales pero aún por debajo del 2% que exige Trump.

“Ser líderes del mundo cuesta dinero”, comentó un diplomátic­o refiriéndo­se al gasto de defensa norteameri­cano, pero Trump, como algunos de sus predecesor­es, decidió que los socios europeos debían contribuir más, especialme­nte en unos momentos en que la tensión creciente con Rusia lleva a la OTAN a aumentar de forma espectacul­ar sus capacidade­s en el teatro de operacione­s europeo. En este sentido, uno de los planes a los que los ministros de Defensa darán luz verde es la iniciativa de disponibil­idad denominada los “Cuatro Treintas”. Su objetivo es que en el 2020, los

Estados Unidos recordará hoy a los ministros que tienen que aumentar el gasto en defensa

aliados sean capaces de desplegar en un máximo de 30 días, 30 batallones mecanizado­s, 30 escuadrone­s aéreos y 30 buques. Mantener a estas fuerzas con capacidad para entrar en acción en plazos tan breves requerirá un esfuerzo importante, pero aún no se ha llegado al momento de atribuir las participac­iones nacionales.

En la misma línea de aumentar la rapidez de reacción en caso de crisis, también se incrementa­rá la autonomía de decisión del Comandante Supremo de las Fuerzas Aliadas en Europa (Saceur) y se está trabajando en la mejora de las infraestru­cturas europeas para facilitar la movilidad militar. Habilitar puentes, puertos, aeropuerto­s y carreteras para que permitan un despliegue rápido del material pesado en caso de crisis.

 ?? INTS KALNINS / REUTERS ?? Un F-16 de las fuerzas aéreas de EE.UU., ayer en las maniobras que se están desarrolla­ndo en Estonia
INTS KALNINS / REUTERS Un F-16 de las fuerzas aéreas de EE.UU., ayer en las maniobras que se están desarrolla­ndo en Estonia

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain