La Vanguardia

Ridículo

- Pilar Rahola

Apesar de que la política tiende fácilmente al esperpento, la costumbre no evita que lo grotesco resulte simplement­e grotesco. Es cierto que hemos vivido alianzas contra natura y asaltos al poder insospecha­dos. Pero incluso aceptando la evidencia de que la política es capaz de extremar los límites, hay veces que sencillame­nte es patética. Y cuando ello ocurre, con permiso de Goya, engendra monstruos.

Algo de ello está ocurriendo en Badalona con la moción del PSC escudados por el PP, con el de Ciudadanos de la manita pepeluis. La cosa ha ido derivando de lo raro a lo estrambóti­co, y de ahí al esperpento.

Estos son los hechos. Los socialista­s sólo tienen tres concejales, de manera que más que poder formar equipo de gobierno, a lo que pueden aspirar es a una timba de cartas. Es ahí donde aparece, ojo avizor, el ínclito Albiol, dispuesto a limpiar Badalona de alcaldesas comuneras, sediciosos resiliente­s y otros hierbajos indeseable­s. Y como la memoria de la política es una rama de la ictiología, al punto que Albiol ofrece sus diez concejales de oro, los socialista­s se olvidan de esos tiempos cercanos en los que aseguraban que el líder pepero era el colmo del populismo

Albiol, dispuesto a limpiar Badalona de alcaldesas comuneras, sediciosos y otros hierbajos indeseable­s

xenófobo y la derecha ultramonta­na. Los que somos de por aquí aún tenemos en la retina esas campañas estridente­s de los socialista­s del “qué bonita es Badalona” señalando con el dedo acusador al peor PP de Catalunya, encarnado por el peor líder del susodicho. Eran los tiempos en los que Albiol era un chiste, una caricatura, un tipo broncas, y “todos los demócratas”, dicho así, con enfática dicción, debíamos estar en su contra. ¡Ay, las hemeroteca­s del socialismo badalonés, y su verbo florido!

De todo ello hace mucho, a tenor de la ingente desmemoria, pero en realidad hace muy poco si nos atenemos al puro calendario. Y es así cómo tres del PSC, que no podrían gobernar ni la escalera, quieren desbancar a la alcaldesa actual, ampliament­e aceptada, con los votos de un PP al que han denostado hasta el delirio, y con la ayuda del amigo de Ciudadanos. Y es que, lo que el 155 ha unido, que no lo separe cualquier menudencia. Después, lejos de intentar edulcorar con algo de sensatez el estropicio, optan por rizar el rizo de la opereta y perpetrar un sainete de baja estofa y peor librillo. Y es así cómo el PSC quiere los votos del PP para la alcaldía, pero quiere gobernar con ICV y ERC, y con Ciudadanos por ahí, pero sin Albiol, aunque con Albiol sustentand­o el engendro. ¿Se han perdido, estimados lectores? Pues cuando lo encuentren, verán que aún es peor de lo que parece.

¿Qué puñetas está haciendo el PSC en Badalona? Porque lo cierto es que esto no es una jugada política, esto es una alianza contra natura con la única voluntad de tocar muslo, sueldo y cargo. No hay política, no hay ideología, no hay programa. Sólo hay ambición, desvergüen­za y sentido nulo del ridículo.

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