Ringo y sus ‘Starrs’
El ex-Beatle inicia en París la gira con la que se estrenará en Barcelona el día 26
El año que viene hará treinta años que lo que nació como un desafío y un capricho se acabó convirtiendo en el brillante vehículo con el que Ringo Starr plasma en el directo sus inquietudes musicales. Es una de las cosas que recordaba ayer el empático batería y cantante en París pocas horas antes del arranque de la gira europea de su AllStarr Band, y que le acercará por primera vez a Barcelona el 26 de junio (Sant Jordi Club, dentro del festival Guitar BCN).
El músico, que sobrelleva con magnífico estado de forma y sentido del humor sus 77 años, se mostró pletórico tanto en un encuentro con la prensa internacional ayer por la mañana en un lujoso hotel parisino, como por la noche en un intenso concierto realizado en un repleto Olympia, la sala donde los Beatles actuaron 18 veces en 1964. En el legendario escenario de la capital francesa, la formación desgranó más de una veintena de composiciones, entre ellas algunas de las cantadas en su momento por el propio Starr –tanto en solitario como en el seno de los Beatles–, mientras que el resto corrieron a cargo de los también memorables integrantes del combo, ofreciendo de alguna manera una pequeña historia del rock.
La All-Starr Band es, en sus orígenes, un supergrupo de rock de miembros cambiantes liderados por el ex-Beatle desde el lejano 1989. “Nació como una idea de la Pepsi en su día –rememoró ayer el músico británico–; tocar mis canciones y las de los músicos que integrasen esa banda, una forma de interacción muy nueva entonces. Yo llamé a algunos de mis amigos, como Joe Walsh o Billy Preston y también, a modo de frontman, a Clarence Clemmons. Era un especie de big band y yo me encontraba algo inseguro porque nunca había hecho una cosa así. Pero a todo el mundo le encantó, comenzando por nosotros”, recordaba ayer. “Hay que hacer siempre cosas nuevas, tienes que moverte acorde con el tiempo. Este es mi camino”.
A los tres años decidió cambiar la alineación de la formación, y así hasta el presente en donde anoche se pudo degustar la decimotercera versión del grupo. Ahora lo forman, además de su alma y líder, el guitarrista Steve Lukather (de la banda Toto), el teclista Gregg Rolie (de Santana y Journey), el batería Gregg Bissonette (a las órdenes de David Lee Roth) y el multiinstrumentista Warren Ham (de, entre otros, Kansas), que ya caminan juntos desde hace años. A ellos ahora se les han añadido dos nombres de peso como Graham Gouldman (de los sentimentales 10cc) y Colin Hay (de los Men at Work y que ya recaló con anterioridad en los Starrs de Ringo).
Todos ellos confesaron su dicha por formar parte de este proyecto, como Greg Rolie, que aseguró que “si no hubiese sido por Ringo y sus amigos [en alusión a John, Paul y George] nunca hubiese sido músico sino arquitecto; cuando recibí su llamada mi sentimiento fue indescriptible y lo sigue siendo hoy”. Rolie y Lukather mostraron pelambreras espectaculares a su edad más que respetable, mientras evidenciaban la buena sintonía de todo el equipo.
El concierto de estreno europeo –y que le llevará a tocar a finales de mes por primera vez como Ringo Starr en escenarios españoles– transpiró todo este buen rollo y transparentó una indiscutible química con un público no sólo formado por veteranos, ni mucho menos. Tras arrancar con Matchbox, un rock’n’roll de Carl Perkins que ya marcó desde un buen inicio el ritmo de la noche, sonaron los hits propios más conocidos como It don’t come easy o
Photograph, o como cantante ocasional de los Beatles (Yellow submarine, With a little help from my friends), mientras que sus compañeros de aventura desmenuzaban sus respectivos éxitos, como Oye como va y Black magic woman de la mano de Rolie, I’m not in love o
The things we do for love cocinadas por Gouldman, Down under de Hay, o Rosanna vertida por Lukather. Y para acabar la fiesta, la muy adecuada y multicoreada With a little help from my friends, que contó con la inesperada participación de Joan Baez, que está dando dos semanas de recitales en la misma sala.
En esta prolongada aventura musical, Ringo Starr se desdobla como batería y como cantante. Interpelado al respecto aseguró que le atraen ambas facetas, “aunque prefiero ser batería”. Y tuvo tiempo, cómo no, para hablar de su campaña de invocar el amor y la paz en el mundo , y exteriorizarlos el 7 de julio, día de su cumpleaños, haciendo el signo de la v con los dedos. “El año pasado 23 países de todo el mundo se unieron a este movimiento de Peace and love”, aseguró el icónico músico británico.
El batería cerró el concierto cantando ‘With a little help from my friends’ junto a Joan Baez