Sánchez telefonea a Torra y se emplazan a una entrevista
El primer encuentro entre el president e Iceta, líder del PSC, escenifica el deshielo
Al acabar su primer Consejo de Ministros, Pedro Sánchez telefoneó ayer al presidente de la Generalitat, Quim Torra, para emplazarle a un encuentro en la Moncloa que se producirá previsiblemente en las próximas semanas.
El inicio del deshielo institucional ya es un hecho. Horas después del primer Consejo de Ministros del Gobierno socialista, que ayer renunció a renovar la tutela financiera de la Generalitat después del 155, y la reunión que el president Quim Torra y el primer secretario del PSC, Miquel Iceta, mantuvieron en Palau, el líder del PSOE, Pedro Sánchez, decidió mover ficha. Dentro de una ronda de contactos telefónicos con los presidentes autonómicos, Sánchez habló con Torra y le emplazó a una primera reunión en la Moncloa “muy pronto”, seguramente en las próximas semanas, que ahora tendrán que agendar las oficinas de los dos mandatarios.
Este movimiento del flamante presidente del Gobierno central vino a certificar el clima de cordialidad y diálogo que acompañó la reunión entre Torra e Iceta. Algo más de una hora duró la entrevista entre los dos dirigentes. Una primera toma de contacto en la que abordaron de forma superficial diferentes cuestiones, como aquellas leyes que aprobó el Parlament y están suspendidas por el Tribunal Constitucional –la del cambio climático y la de ciberseguridad, entre otras–, la situación de los políticos presos, así como la necesidad de “rebajar la crispación en el Parlament”.
Torra, además, reconoció a Iceta, según fuentes socialistas, su preocupación por la “reacción social” que puedan provocar futuras decisiones judiciales que afecten a dirigentes independentistas. Uno y otro coincidieron, en todo caso, en señalar que el verdadero y decisivo diálogo empezará con la futura reunión entre Sánchez y Torra. “El PSC no ejercerá de mediador, ayudaremos, porque creemos en la relación directa entre los dos gobiernos”, subrayó Iceta en una rueda de prensa posterior al encuentro.
Una cordialidad que no oculta, como el líder del PSC se encargó de señalar, las “hondas diferencias” que persisten entre el Ejecutivo catalán y los socialistas, así como el malestar de los partidos constitucionalistas por “el uso partidista” que entienden que el Ejecutivo de Torra está haciendo de las instituciones al utilizarlas, con pancartas y lazos amarillos, para reivindicar a los políticos independentistas en prisión provisional. “Nosotros tenemos una diferencia con el Govern por los lazos, pero no será una pancarta la que dificulte el diálogo”, declaró Iceta en alusión a la negativa de Inés Arrimadas, de Cs, de participar en la ronda de contactos con Torra por este motivo. El líder del PSC también puso como condición para que del diálogo se pueda pasar a la negociación que los independentistas renuncien a la vía unilateral y acepten, así, el marco constitucional. “Una relación sana entre los dos gobiernos implica el reconocimiento del marco legal”, subrayó.
Y frente a ello el Govern se mantuvo en su posición inicial de entablar un diálogo sin límites ni condiciones, como planteó de entrada el presidente de la Generalitat a Mariano Rajoy y como le plantea ahora a Sánchez. “Nosotros queremos un diálogo sin precondiciones”, precisó después de la reunión la consellera de Presidència, Elsa Artadi, que remarcó que el criterio del Govern es que la aceptación del marco legal vigente también incluye la legislación internacional asumida por España que reconoce el derecho de autodeterminación y la evidencia de que la convocatoria de un referéndum no está castigada por el Código Penal porque en España no es delito.
“Queremos conocer el proyecto que tiene el nuevo jefe del Ejecutivo español sobre Catalunya y cuál es la oferta que piensa plantear al pueblo de Catalunya”, insistió la portavoz del Govern, que también situó como puntos de interés del encuentro de Sánchez con Torra “conocer su opinión sobre los derechos fundamentales, las violaciones que ha habido recientemente y la represión que se padece en Catalunya y en el Estado español”. “Y las posibles ofertas del Gobierno español las valoraremos cuando las podamos escuchar”, especificó Artadi, que, para dejar claro que la renuncia al proyecto independentista no figura en sus planes, advirtió que “el derecho a la autodeterminación no está en las manos del Govern de la Generalitat sustraerlo al pueblo catalán”.
Artadi insiste en reclamar un “diálogo sin límites ni condiciones” con el Gobierno español