Israel mata a tres palestinos en Gaza en otro viernes negro
El ejército abre fuego para “dispersar” a 12.000 manifestantes en la frontera
La franja de Gaza vivió ayer un nuevo viernes negro, con al menos tres palestinos muertos, incluido un niño de 15 años, cuando el ejército israelí abrió fuego y lanzó gas lacrimógeno sobre los manifestantes que se agolpaban en la frontera. Unas 618 personas resultaron heridas, de las cuales más de un centenar por munición real, según las cifras del Ministerio de Sanidad de Gaza.
Era el undécimo viernes consecutivo de protestas convocadas por Hamas, el movimiento islamista que controla la franja. El calendario está cargado de aniversarios de sangre en estas tierras: ayer era el último viernes de Ramadán pero también se conmemoraba el inicio de la Guerra de los Seis Días y, en Irán, el Día de Jerusalén.
El ejército israelí informó en un comunicado que 12.000 palestinos se habían concentrado en cinco puntos de la frontera. Algunos manifestantes, calificados de “terroristas”, lanzaron cometas cargadas de explosivos, piedras y granadas caseras a los soldados israelíes, y quemaron neumáticos. Israel aseguró que no había tenido más remedio que responder con fuego y gases para dispersar a los manifestantes y evitar que se acercaran a la verja fortificada que protege la frontera. “Las tropas están respondiendo con medios de dispersión de masas y operan de acuerdo a las normas”, concluía el comunicado militar.
El Ministerio de Sanidad palestino denunció que los soldados dispararon “bombas de gas” contra las ambulancias que trataban de asistir a los heridos, y que en Jan Yunis rompieron la ventana de una con un fuerte impacto.
Israel ha matado a 122 palestinos en una oleada de protestas en la frontera de Gaza desde el pasado 30 de marzo, cuando Hamas lanzó una campaña para reivindicar el derecho de retorno a las tierras ancestrales que los palestinos perdieron con la guerra de 1948 que siguió a la creación de Israel y para denunciar el bloqueo que sufre la franja desde hace más de diez años. Una de las jornadas más sangrientas se produjo con la apertura de la embajada de EE.UU. en Jerusalén, ordenada por Donald Trump. Pese a las condenas internacionales a la violencia israelí, Washington ha acusado a Hamas de provocarla.
Israel no ha sufrido ninguna baja durante estos dos últimos meses de enfrentamientos, si bien ha perdido terrenos agrícolas y bosques junto a la frontera por fuegos provocados por cometas incendiarias palestinas cargadas con carbón o gasolina.
El jueves, en previsión de las protestas convocadas para el viernes, el ejército israelí lanzó folletos sobre Gaza, en los que advertía a los palestinos que no se acercasen a la verja fronteriza por su propia seguridad. También pedía a los palestinos que no se convirtieran en “instrumentos” en manos de Hamas, asegurando que su política está dirigida en realidad por Irán.
“No existe un Estado llamado Israel que pueda tener una capital llamada Jerusalén”, declaró ayer el portavoz de Hamas, Fauzi Barhum, quien aseguró que las protestas no van a cesar. Emmanuel Nahshon, portavoz del Ministerio de Exteriores israelí, calificó en Twitter a los manifestantes de Gaza de “estúpidos llenos de odio” y “Hamas Jugend”, haciendo un juego de palabras con el nombre de las juventudes de Hitler en alemán.
Folletos israelíes lanzados el jueves sobre la franja acusan a Irán de mover los hilos de Hamas