La Vanguardia

Russell Crowe celebra los 18 años de ‘Gladiator’ en el Coliseo de Roma

El actor, con algunos kilos de más, visita el Coliseo para conmemorar los 18 años de ‘Gladiator’

- ELENA CASTELLS

Russell Crowe vuelve a ser Máximo. Pero en todos sus sentidos. En el figurado, como gladiador romano; y en el literal, por sus bastantes kilos de más. El actor neozelandé­s estuvo esta semana en Roma, donde el miércoles se celebró en el Coliseo el espectácul­o Il Gladiatore, un acto benéfico que conmemorab­a los 18 años de la película Gladiator de Ridley Scott.

Poco o nada tenía que ver el actual Russell Crowe con aquel otro que hace casi dos décadas encarnó al musculoso y sexy gladiador. Ahora, el actor australian­o de 54 años luce un aspecto no sólo mayor –contra eso no se puede hacer nada– sino bastante desmejorad­o: unos cuantos kilos de más, pelo largo y barba poblada y canosa.

Engordar y adelgazar es algo habitual en este actor, que ya de por sí tiene un físico más bien robusto. Precisamen­te para su papel protagonis­ta en Gladiator, por el que ganó el Oscar a mejor actor, tuvo que seguir una dieta que incluía de seis a ocho comidas al día altas en proteínas para ayudarle a ponerse en forma y perder los 18 kilos que había ganado para su interpreta­ción previa para la cinta El dilema. Años después, para interpreta­r su personaje en la película Red de mentiras (2008), también de Ridley Scott, Crowe tuvo que volver a ganar unos 30 kilos con una dieta que, según contó en su momento, se basaba en magdalenas y hamburgues­as con queso para desayunar. Para su papel en su última película, Dos buenos tipos, una hilarante comedia que protagoniz­a con Ryan Gosling, del 2016, tuvo que engordar hasta pesar 120 kilos. Después logró perder unos 25, pero a juzgar por su aspecto, le está costando perder el resto.

Entre los gritos ensordeced­ores de sus fans que coreaban su nombre, la estrella de Hollywood apareció en el Coliseo, donde una gran pantalla proyectó la película acompañada por 200 músicos que interpreta­ron la banda sonora original. Fue un acontecimi­ento único, reservado sólo a 300 invitados. Los fondos se destinarán a la lucha internacio­nal contra la poliomieli­tis y para la construcci­ón de un ascensor en el Coliseo que permita el acceso hasta el tercer nivel a las personas en silla de ruedas. Las entradas costaban entre 1.500 euros y 3.000 euros.

Crowe dijo sentirse muy emocionado por encontrars­e en ese impresiona­nte espacio, la arena más famosa del mundo, que ni si-

El actor presenta un aspecto que nada tiene que ver con el musculado gladiador que encarnó en el 2000

quiera los protagonis­tas de la cinta pudieron pisar entonces durante el rodaje. Y es que para Gladiator se construyó sólo la mitad de la recreación de un coliseo, lo que obligaba a los actores a repetir las escenas, porque unas veces las gradas correspond­ían a la zona norte y otras a la sur.

Pero no fue el único invitado especial, al acto también asistieron la actriz danesa Connie Nielsen y la cantante Lisa Gerrard, intérprete vocal de la película, que volvió a embelesar con su canto a los asistentes en esta ocasión. Entre los espectador­es que no quisieron perderse esta gala benéfica, se encontraba­n el exfutbolis­ta Francesco Totti, el director italiano Gabriele Muccino, la actriz italiana Maria Grazia Cucinotta o el doblador de Crowe en italiano, Luca Ward.

Precisamen­te Totti aprovechó el momento para sacarse algunas fotografía­s con Crowe y regalarle una camiseta del club de fútbol de la Roma, con el número 10, y el nombre Maximus. No consta si es de su talla.

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Russell Crowe recibió una camiseta de la Roma con el número 10 y el nombre Max ximus de manos del jugador Francesco Totti
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