Lejos de casi todo
Escribo esta crónica peatonal en un minúsculo pueblo de la provincia de Huesca. Aquí nacieron mis bisabuelos, abuelos y mis padres. Ha dejado de llover y hay una luna suficiente. Me asomo a la ventana de la pequeña fonda donde estoy hospedado, miro la cuesta empedrada y me tranquilizo. No veo en ella ninguna pintada amarilla. No soy alérgico a ese color, pero hace unas noches observé que, aprovechando que en el tramo de la calle de Barcelona donde vivo o habito habían cortado la circulación y se iba a instalar a la mañana siguiente un mercadillo ambulante, unos emboscados escribían apresuradamente en el asfalto con letras amarillas lo siguiente: “Els carrers seran sempre nostres”. Son estos abusos o similares, bendecidos, entre otros, por quien dice ser el Síndic de Greuges, es decir, el defensor de todos, los que me invitan a pasar el menor tiempo posible en Barcelona. De modo que más que vivir en un piso, últimamente me limito a habitarlo. Y en cuanto puedo me largo a Roma, que formó parte del grupo Accidents Polipoètics, es hijo de pescadera y biznieto de un carbonero. Quizá por esos antecedentes familiares sabe contar esas Barcelonas que muchos aún desconocen: la Barcelona de la absenta, la de la Sexta Flota, la de aquel patio del almez donde los enfermos aquejados de ictericia iban a orinar pensando que allí sanarían, la del ron y el láudano, la del Café del Pronunciamiento, la de las autopsias que aún estaban prohibidas por la Iglesia, la de un infeliz mozo de carbonería que, durante la llamada Setmana Tràgica, se puso a bailar en la calle con la momia de una monja y aquello le costó la vida. Etcétera. Leo a Therós, me asomo a la ventana, compruebo que aquí las calles aún son de todos, paseo la noche y observo en la lejanía el cementerio.
Xavier Therós podría ser uno de esos últimos franciscanos que creen en lo que dicen y rezan. Ese parecido físico lo encuentro en su mirada, que se me antoja bondadosa, solidaria. Pero teniendo muy presente sus palabras y también esa importante barba suya, siempre lo