SI ME DICES VEN, LO DEJO TODO, MIAMI
Si hay algo que aún me emociona es trabajar con personas como Antonio Banderas, pasionales ante la vida
Si Antonio Banderas me dice ven, lo dejo todo. Dicho y hecho. Miami me esperaba para pasar veinticuatro horas en la semana de la moda de una ciudad de tempo ligero y diversidad desmedida. Mi llegada no estuvo exenta de anécdota; la brevedad de mi estancia fue tan llamativa que hasta un policía de lo más amable, sorprendido ante la duración y motivo de mi viaje, no dudó en mirarme con dulzura y desearme, con un característico tono cantarín, una romántica velada llena de sorpresas.
Lo que el policía nunca llegó a saber es que realmente lo bueno, si breve, dos veces bueno. La razón de recorrerme el Atlántico en tiempo récord no podía ser más gratificante. Mi admirado Antonio abanderó una gala a beneficio de Nicklaus Children’s Hospital Foundation y de la Fundación Lágrimas y Favores, un acto que puso el broche de oro al desfile de Roberto Cavalli en el que también tuve el honor de participar. Si hay algo que aún me emociona es trabajar con personas como Antonio, pasionales ante la vida, humildes en el trabajo y tremendamente comprometidas ante los nuevos retos.
La fama ha de traducirse en esto: ayuda real y en un altavoz multitudinario más, tratándose de los más pequeños. Mi interior se encoge especialmente cuando los niños son el fundamento de estas colaboraciones. Aquella inocencia de la que tenemos tanto que aprender y recibir. Una noche en la que los más grandes contribuyeron a mejorar la vida de los más pequeños a través de la sonrisa, el anhelo de avanzar y el talento de estrellas como la cantante Fanny Lu.
La Miami Fashion Week se ha convertido, desde hace poco más de tres años, en un encuentro de referencia de la industria internacional. Su relanzamiento paulatino ha divinizado la ciudad floridense convirtiéndola en parada obligatoria de cualquier fashion victim. Una exhibición para las tendencias latinoamericanas y estadounidenses cuya hermandad queda aún más patente. En esta edición, la esencia colombiana colmó una semana en la que el país sudamericano fue el invitado especial. Los nervios de los jóvenes talentos junto a la destreza de los diseñadores de renombre hicieron las delicias del front row .
Ángel Sánchez, Benito Santos o Daniella Batlle convivieron con la extravagancia y el color de nuestros veteranos Ágatha Ruiz de la Prada y Custo Barcelona, cuyas colecciones sensuales de alma rockera conquistaron un mercado en el que cada vez están más presentes. Pero Miami es, durante esta semana, más que un desfile. Es una cita para escuchar y acercar retos sobre moda, sostenibilidad, y una ocasión idónea para alentar a las modelos primerizas a perseverar en un sueño voraz que sólo se consigue con modestia y trabajo.