Rajoy acelera la sucesión a julio para evitar disputas
El PP elegirá su líder el 5 de julio, y el congreso será el 20 y 21
“Estamos obligados a limitar al máximo el periodo de transición e incertidumbre”. Con esta afirmación, Mariano Rajoy, anunció ayer, ante la junta directiva del PP, que el congreso extraordinario en el que se elegirá a su sustituto será el 20 y 21 de julio. Un par de semanas antes, el 5 del mismo mes, los militantes que se inscriban votarán a su candidato. Ese día, los aspirantes que hayan obtenido más de 10% de los votos pasarán a la segunda fase, en la que los compromisarios decidirán en el congreso salvo que haya un solo candidato o uno de ellos obtenga un respaldo abrumador. Así pues, hará falta esperar al congreso para saber quién será el nuevo presidente del Partido Popular.
Rajoy ha acelerado los plazos, acortándolos todo lo reglamentariamente posible, porque, reconoció, “la elección de un líder es cualquier cosa menos fácil” y crea tensiones, por lo que “no conviene dejar abierto ese proceso de forma prolongada”. “España no puede estar esperando que el PP demore su renovación o se enrede en un proceso de ensimismamiento”, señaló.
El expresidente del Gobierno presidió ayer la junta directiva del partido, ante la que pronunció su último discurso. Un discurso en el que pidió que todo se desarrolle con un “debate de altura”, “con grandeza”, y que, además, si hay varios candidatos –“que no lo sé”, dijo el todavía líder popular–, “hagamos comparando méritos y virtudes” y no “señalando carencias y defectos”. Invitó también a todos a ser constructivos, con una advertencia: “Gane quien gane, al día siguiente deberá contar con sus rivales”.
El discurso de Rajoy estuvo lleno de consejos o peticiones, como que mantengan la independencia: “Nadie de fuera tiene derecho a dictarle al PP lo que debe hacer, ni quién debe ser nuestro líder”. Pero, sobre todo, hizo una advertencia que ya puso encima de la mesa hace una semana, durante el comité ejecutivo en el que anunció su marcha: él no señalará a nadie como sucesor. Rajoy fue claro entonces, y lo dejó más aún ayer: “No quiero ni debo designar un sucesor; no voy a señalar a nadie con el dedo, ni vetar a nadie. No voy a influir ni condicionar vuestra elección”.
Y los llamados a ser candidatos estaban todos allí, empezando por Alberto Núñez Feijóo, a quien muchos ven como el líder preferido. Él no desveló sus intenciones, aunque el hecho de no descartarse como candidato abunda en la convicción de que se presentará. El presidente de la Xunta de Galicia declaró a los periodistas que no pasa nada si hay varios aspirantes, y que él actuará con responsabilidad. Lo que sí afirmó Feijóo es que quiere “respetar los plazos”, lo que quiere decir que no hará ningún anuncio hasta el 18 de junio, fecha en la que empieza la presentación de candidaturas.
Otra posible candidata es Soraya Sáenz de Santamaría, acompañada en la junta directiva por sus principales apoyos: el presidente del PP vasco, Alfonso Alonso, o el de Andalucía, Juanma Moreno, y la exministra de Trabajo Fátima Báñez.
Quien ayer no tuvo problema en hablar de su candidatura fue el expresidente balear, José Ramón
Feijóo apurará el tiempo para anunciar su candidatura, que cada día gana más apoyos en el partido
Bauzá, que no sólo habló ante los medios, sino que tomó la palabra en la reunión para subrayar que tiene que ser un debate no de quién lidera el partido, sino un debate de ideas, para recuperar a las personas que han dejado estos años de apoyar al PP. Para ello, cree que se debe recuperar la base liberal del PP una corriente que Bauzá insinuó que cuenta con el apoyo de Esperanza Aguirre. Su discurso fue acogido con mucha frialdad por la junta, que aplaudió a Celia Villalobos, que intervino como respuesta e indicó que ella sólo quería dar las gracias a Rajoy, y que podía decirlo porque no se va a presentar.