F. Fernández-Aranda
Un estudio en 13 centros de Catalunya detecta exceso de implicación en madres
TRASTORNOS ALIMENTARIOS
Los expertos en anorexia y bulimia de Bellvitge y otros 13 centros han analizado para la Taula per a la Prevenció dels Trastorns Alimentaris la situación emocional de las familias de las pacientes y observan que también se desbordan.
“Estemos más tranquilos, más flexibles, cambiemos el ‘qué has comido’ o ‘cómo va el peso’ por el ‘cómo ha ido el día’, váyanse a cenar juntos y pidan ayuda si no consiguen controlar la ansiedad o la ira. Sus hijos, mayoritariamente hijas, necesitan más apoyo que control”, aconseja a las madres y padres de pacientes con un trastorno alimentario Fernando Fernández-Aranda, coordinador de la unidad de TCA del Ciberobn y del hospital de Bellvitge. Ha dirigido un estudio sobre la anorexia y las familias de la Taula per a la Prevenció dels TCA en el que se detecta un alto grado de rabia y miedo en los progenitores de los pacientes. Más en las madres.
El estudio analiza por primera vez el estado emocional y el grado de implicación de las madres y los padres de los afectados y también ha evaluado las habilidades de esas familias (265 progenitores, 63’4% mamás) para acompañar a una hija de 18 años de media (sólo el 7% son hijos) con anorexia (más de la mitad), bulimia, trastorno por atracones y otros problemas menos concretos que se manifiestan en la conducta alimentaria.
Los sentimientos negativos más presentes son el miedo, la impotencia y la tristeza, más agudizados en las madres, y también la rabia y la culpa. Los positivos son más parejos entre padres y madres y sobresale la esperanza y el orgullo por la hija.
A las familias participantes les pasaron un test para evaluar sus habilidades como cuidadores y ahí aparecieron algunos de los principales problemas: a menudo las madres se involucran tanto en la recuperación de sus hijas que pierden distancia emocional y acaban desbordadas por el trastorno. “Hace años se pedía a las familias que participaran en el control estricto de sus hijos enfermos, pero los equipos especializados fueron viendo cómo el excesivo control no iba mejor, en absoluto. La noticia del trastorno asusta, como cualquier enfermela dad, y las familias tiran y tiran. Y a veces demasiado no es bueno”.
“Ponerlo todo puede no ser útil en absoluto”, apunta Sara Bujalance, directora de la ACAB, la asociación de anorexia y bulimia de Catalunya y una de las piezas clave de la Taula per la Prevenció dels TCA que se promueve desde Agència Catalana del Consum.
“En un trastorno alimentario, todo el núcleo recibe el malestar y es por lo tanto susceptible de ayuda”, señala Sara Bujalance. “Pero también hay suficiente evidencia de que la familia es realmente un elemento clave de prevención”.
Por ese motivo precisamente desde la Agència Catalana del Consum se pone en marcha una campaña titulada “Implica’t” con la que quieren fomentar entre las familias, pero también en los centros de asistencia primaria, la promoción de los ingredientes saludables frente a estos trastornos. Promueven hacer una comida juntos al menos una vez al día, confiando en la sensación de saciedad de los hijos y teniendo en cuenta su propio ritmo a la hora de comer. Y también evitar comentarios negativos sobre el físico. “También pondremos en marcha una web con todas las recomendaciones de la campaña”, asegura la directora de la agencia, Montserrat Ribera.
Los especialistas aconsejan a los padres de pacientes cuidarse más y no centrar la relación en qué comen