El misterio Griezmann
El delantero francés Antoine Griezmann desaprovechó su comparecencia ayer ante los medios para desvelar definitivamente dónde jugará la próxima temporada, un dilema que mantiene en vilo a las aficiones del Atlético y el Barcelona mientras las teorías sobre su futuro continúan llenando las cabeceras de los medios deportivos.
Parecía que el partido estaba acabado pero Antoine Griezmann (27 años) lo ha llevado a la prórroga. Cuando la Federación Francesa confirmó el lunes por la noche que ayer comparecía el delantero del Atlético todo el mundo pensaba que sería para resolver una de las grandes incógnitas del mercado. Más que nada porque fue él, que está llevando el ritmo del culebrón, el que dijo en hasta tres ocasiones que su futuro se determinaría antes de que empezara un Mundial que para Francia arranca el sábado contra Australia. En Istra, una localidad de 32.000 habitantes a 56 kilómetros de Moscú, la expectación era máxima. También en la concentración de España en Krasnodar. Todos pegados a las pantallas. Pero no hubo fumata, ni azulgrana ni rojiblanca. Primero lo dijo en francés y acto seguido en castellano. “Sé que ha habido mucha espera pero hoy no es el día”. Más tarde añadió: “La decisión la tengo tomada pero no es el momento ni el lugar para decirla”. Y se quedó tan ancho.
“Tomar la decisión es complicado, hace tres meses que estoy así”, reconoció más adelante en su rueda de prensa Griezmann, a preguntas de medios españoles. “Estoy tranquilo, enfocado en la Copa del Mundo. Eso es lo más importante para mí”, señaló el atacante para calmar cualquier inquietud del público francés sobre si su situación dificultará su rendimiento en Rusia.
Durante muchas semanas se dio por hecho que el fichaje por el Barça era cuestión sólo de que cayeran las hojas del calendario pero el Atlético nunca lo dio por perdido. Mientras, en el Camp Nou hasta Messi ha apostado dos veces por su fichaje.
Todo este tiempo extra sólo está provocando un estado de ansiedad. En el Atlético y en el Barcelona, que estrena secretario técnico con Éric Abidal, compatriota de Griezmann. Se puede pensar que en este caso lo más difícil es dar el paso de marcharse y que si hubiera decidido seguir de rojiblanco ya lo hubiera dicho, pero el francés está demostrando ser un enigmático. En función del viento ha ido emitiendo señales contradictorias.