Líderes tensos, cuidado escenario
Todo estaba cuidado hasta el mínimo detalle, pero Trump y Kim no pudieron disimular sus nervios al comparecer juntos ante la prensa. El primero exhibía una sonrisa ladeada y jugaba con sus manos de forma excesiva, mientras que el líder norcoreano cambió varias veces de postura en la silla y no paraba de mirar al suelo. No fueron sus únicas muestras de incomodidad. La cuidada escenografía no evitó su rigidez inicial. Ambos llegaron al unísono a la cita, recorrieron de forma simultánea el pasillo porticado que desde cada extremo del edificio les condujo a la entrada. Allí, con las banderas como telón de fondo, se saludaron. Hubo apretón de manos y miradas fijas a los ojos. Trump pareció autocontrolarse, mientras Kim parecía verse superado por la ocasión, según revelaban sus expresiones de asombro y desconcierto ante los flashes de los fotógrafos.