Zapatero liga el fin del conflicto con Catalunya a la reforma constitucional
“¡Nada sería mejor que llegáramos a diciembre con un gran consenso sobre la reforma constitucional!”, confió ayer José Luis Rodríguez Zapatero, aprovechando que el último mes de este año se conmemorará, precisamente, el 40.º aniversario de la Constitución de 1978.
El expresidente del Gobierno apostó por una reforma de la Carta Magna que, en cuanto al modelo territorial, “constitucionalice la diversidad, los sentimientos y las distintas identidades”. “Si esa reforma no se acomete, nuestra vida política estará condicionada por el conflicto con Catalunya”, advirtió.
El expresidente del Gobierno admitió que abrir un proceso de reforma de la Carta Magna será la única manera de intentar forjar “un periodo de mínima estabilidad y reencuentro” con Catalunya. “La grave crisis ocasionada por el intento secesionista de Catalunya sólo podrá tener respuesta desde el derecho constitucional; del derecho penal no vendrá la solución”, avisó Zapatero durante unas jornadas organizadas por el Consejo General de la Abogacía Española.
Ahora bien, el expresidente admitió la dificultad de abordar una reforma, y sobre todo si es agravada, de la Constitución. Y, por eso, recetó primero recuperar la confianza perdida entre el Gobierno y la Generalitat. Para ello, propuso que lo mejor será “volver” al 2010, cuando el Tribunal Constitucional (TC) tumbó partes sustanciales del Estatut del 2006 ya refrendado por la ciudadanía catalana.
A su juicio, “el momento de quiebra” del consenso político que hasta entonces había imperado sobre el modelo territorial se produjo en el 2006 con el Estatut. Una ruptura que atribuyó al PP: “La negativa del principal partido de la oposición a participar en el consenso supone el momento de quiebra del modelo emanado de la Constitución”, aseguró. Ello llevó al PP, lamentó, a oponerse al Estatut y plantear el recurso de inconstitucionalidad que llevó a la sentencia del 2010. Una sentencia, subrayó el expresidente, “de la que sigo discrepando en sus fundamentos jurídicos”. El Estatut finalmente aprobado, reconoció, “sigo pensando que respetaba la Constitución”.
“Si queremos empezar a recuperar el tiempo perdido en el conflicto de Catalunya tenemos que volver al 2010, a esa sentencia, no habrá otro camino”, recetó. Es decir, intentar recuperar parte del articulado del Estatut tumbado por el TC. Esa será la mejor manera de “tomar medidas de reparación de la confianza por ambas partes”, en las que aseguró que se habrán de empeñar tanto el Gobierno como la Generalitat. Aunque tengan que empezar por tirarse los trastos a la cabeza: “Hay que hablar con toda crudeza y franqueza, con los reproches que sean necesarios. Si no hay un auténtico desahogo de lo sucedido, no se podrán encontrar vías de solución”, avisó.
“Ahora –aseguró– la responsabilidad fundamental, igual que en el 2006, está en los partidos de la oposición. El PP y Ciudadanos deben ayudar al Gobierno”. Deben ser “tan leales”, afirmó, como el PSOE lo fue con el Gobierno de Mariano Rajoy en su respaldo a la aplicación del 155 en Catalunya. Al
El expresidente achaca al PP la quiebra del consenso en el modelo territorial y ahora le reclama “generosidad”
PP y a Ciudadanos, por tanto, les reclamó Zapatero “generosidad” para abordar el debate sobre la reforma de la Constitución. Deben así “pensar en España y no en el regate corto”. Porque si no, advirtió, “tendremos el grave conflicto abierto para muchos años”.