El Ayuntamiento detecta 112 casos de maltrato a ancianos
El Consistorio elabora un nuevo protocolo para mejorar la detección y reforzar la coordinación entre servicios sociales y sanitarios
Las personas mayores de 65 años padecen uno de cada diez delitos que se produce en Barcelona. Son un colectivo de riesgo cuya vulnerabilidad los sitúa en el punto de mira de los delincuentes. Los robos y los hurtos representan el 97% de los delitos que sufren, según datos de los Mossos d’Esquadra. Esto es lo que indican las cifras policiales, pero la realidad esconde circunstancias mucho más complejas y silenciadas. El maltrato que sufren muchos ancianos es un fenómeno algunas veces indetectable para la administración que queda enmascarado en la privacidad de la vida doméstica. Las cuatro paredes de un hogar se convierten en muros infranqueables que convierten en invisible el sufrimiento por el que atraviesan algunas personas mayores. Eso es lo que el Ayuntamiento pretende cambiar con la aprobación de un nuevo protocolo que permita aflorar los casos de maltrato de los ancianos.
Barcelona detectó el año pasado 112 episodios de malos tratos a personas mayores que se tradujeron en agresiones físicas o psicológicas, malos cuidados, medicación excesiva o soledad prolongada. También se percibieron situaciones de expolio económico, personas del entorno familiar que se quedan con el dinero de la pensión del anciano obligándole a ir al banco a sacar el dinero o a ir al notario para traspasar sus propiedades siempre bajo el chantaje emocional de que dejarán de cuidarle.
Todas estas situaciones fueron detectadas por los servicios sociales que ejercen una supervisión continua en casos de personas mayores con factores de riesgo. En este apartado se encuentran ancianos con una gran dependencia debido a un deterioro de sus facultades que les expone a una gran vulnerabilidad.
Otro de los factores de riesgo depende de las personas que están a cargo de los mayores. Se dan situaciones en las que los cuidadores son consumidores de drogas o alcohol, lo que conlleva situaciones de mayor estrés que derivan en el maltrato.
Los 112 casos detectados por el Ayuntamiento de Barcelona en el 2017 fueron denunciados a la Fiscalía para que adopte las medidas necesarias en un procedimiento penal. Ese es el final del camino que debe iniciarse con la detección de uno de los servicios asistenciales, ya sea la atención domiciliaria que realizan los servicios sanitarios o bien desde los servicios sociales de familias que ya estaban siendo atendidas. Pero para franquear ese muro que enmascara las situaciones de maltrato y ponerlas al descubierto es necesario que los recursos de las administraciones estén coordinados. Eso pretende lograr el nuevo protocolo puesto en marcha por el Ayuntamiento de Barcelona para abordar esta realidad. La administración local lleva dos años trabajando en este nuevo procedimiento junto al Consorci Sanitari de Barcelona a fin de que los profesionales de los dos ámbitos estrechen la colaboración en la detección, valoración e intervención ante situaciones de riesgo de maltrato.
“Cuando veamos signos, cuando nos salte la alarma, nos coordinaremos los servicios sanitarios y los servicios sociales y si se tiene que activar iremos a Fiscalía”,
Se dieron agresiones físicas, psicológicas, malos cuidados, medicación excesiva y expolio económico
anunció ayer la teniente de alcalde de Derechos Sociales de Barcelona, Laia Ortiz.
El refuerzo del vínculo entre servicios asistenciales y sanitarios es una de las medidas que se engloban en un estrategia más amplia para afrontar el proceso de envejecimiento. El gobierno de Ada Colau ha ampliado el servicio de teleasistencia hasta cubrir 96.000 personas, el servicio de ayuda al domicilio se extiende a 20.000 ancianos, se han incrementado las comidas a domicilio y en compañía, también los servicios de atención a la vejez, y se ha propagado a 53 barrios el programa Radars, que consiste en movilizar a las asociaciones de los barrios para evitar que se produzcan situaciones de soledad no deseada entre el colectivo de personas mayores.