La renuncia de Feijóo abona el duelo Cospedal-Santamaría
El presidente gallego da la sorpresa al desistir de la pugna por liderar el PP Casado, a punto de ser investigado, y Margallo anuncian candidaturas
“Bueno, ya lo he dicho”. A Alberto Núñez Feijóo le costó, pero lo dijo. Entre sollozos, pero lo anunció. No fue claro. No dijo “no me presento” para liderar el PP, pero lo aclaró: “En las últimas elecciones pedí el apoyo a los ciudadanos para cuatro años. Me comprometí con ellos hasta el 2020, transmití mi ilusión y mi confianza, y los gallegos nos respondieron con su voto. Cuando todavía no se han cumplido esos cuatro años, no puedo fallar a los gallegos, porque sería fallarme a mí mismo. Tengo que ser coherente”. Y añadió: “Bueno, ya lo he dicho”.
Y es que le costó. Se le quebró la voz en varias ocasiones. Tuvo que dejar de hablar por la emoción, y las lágrimas casi asomaban a sus ojos, y bebía agua continuamente para poder seguir, hasta que pudo entonar el “bueno, ya lo he dicho”. Fue una sorpresa para todos, pero, pese a eso, los dirigentes del PP de Galicia, convocados en una reunión de la junta directiva regional, que se celebró al aire libre, irrumpieron en aplausos. Lo hubieran hecho también si hubiera dicho lo contrario, pero aplaudían lo que se notaba que le había costado tomar la decisión.
Muchos dirigentes y cuadros medios del partido le habían pedido estos días que se presentara, que encabezara una candidatura ganadora para sustituir a Mariano Rajoy, una candidatura que supusiera una renovación sin romper con el partido, y sobre todo una candidatura, decían muchos, que podía sumar y llegar a unir a todas las familias del PP.
Todos esos dirigentes populares se quedan ahora huérfanos, con día y medio para presentar una alternativa a la candidatura de Feijóo que reúna unas características parecidas, si es posible. Pero no parece fácil. La renuncia de Feijóo sume al PP en la incertidumbre y en un proceso donde se verá el enfrentamiento entre las dos mujeres que han colaborado con Mariano Rajoy en los últimos años, María Dolores de Cospedal, su número dos en el partido, y Soraya Sáenz de Santanaría, su segunda en el gobierno, y que han demostrado en público, en más de una ocasión, sus desavenencias.
Desde el círculo próximo a Cospedal se había trasladado que si Feijóo se presentaba, ella podía dar un paso atrás, para unir fuerzas y que la candidatura del presidente gallego pudiera ganar a la de Sáenz de Santamaría. Ahora, sin el líder gallego luchando por la presidencia del PP, Cospedal podría anunciar esta misma mañana su candidatura. Ha convocado, como hizo Feijóo, a la junta directiva regional del PP de Castilla-La Mancha, y ante ella dará a conocer su decisión.
La candidatura de la exvicepresidenta de Rajoy se daba por hecha en el PP, aunque aún no la ha anunciado, y desde su círculo de confianza se subraya que lo hará en los próximas horas, ya que el plazo para presentar candidaturas finaliza mañana miércoles al mediodía.
La posibilidad de que Feijóo no se presentara había desatado los nervios en el PP, y sus dudas fueron utilizadas por algunos dirigentes populares, que sí querían participar en el proceso de elección del nuevo líder del PP. Es el caso de Pablo Casado, que al presentar su candidatura ayer a presidir el PP dijo: “Yo sí quiero presidir el PP, y no creo que haya que esperar a que vuelva el futuro. Hay que luchar, no seguir arrastrando los pies durante una semana”, lo que se interpretó de inmediato como un reproche al presidente gallego.
A Feijóo también le habían empezado a criticar que diera la sensación de que si era candidato lo era obligado, a la fuerza, sin ganas, y que no tenía ilusión por liderar el PP. En el fondo, creían estos sectores del PP, Feijóo podía tener medio a que, en medio de una campaña de ese tipo, salieran a la luz más elementos sobre su relación con el narco Marcial Dorado, como la foto que salió publicada en la campaña de las elecciones del 2016, de los dos en un barco. Un hecho que, sin embargo, no le impidió su tercera mayoría absoluta en el Parlamento de Galicia.
El presidente de la Xunta siempre ha mantenido que cuando él se relacionaba con Dorado, allá por 1995, “ni Dorado era narco ni yo presidente”. En aquella época Dorado parece que ya traficaba con tabaco “como casi todos en la zona”, dicen en Galicia, y él no había dado el salto a la política.
El caso es que el anuncio de Feijóo se producía apenas día y medio antes de que se cierre el plazo de presentación de candidaturas, y los dirigentes regionales del PP que le apoyaban tienen ahora escaso margen de maniobra para buscar una alternativa que represente lo mismo que Feijóo, aunque muchos lo intentarán, antes de tener que optar entre Cospedal y Santamaría.
COSPEDAL
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