El PP se divide entre Cospedal y Santamaría
“Siempre he dado la cara, me la han partido, pero me he vuelto a levantar”, dice la secretaria general del PP “Sé lo que es estar en el gobierno y también lo que es estar en la oposición”, afirma la exvicepresidenta
“M.ª DOLORES DE COSPEDAL
SECRETARIA GENERAL DEL PP
“He dado la cara y siempre la daré. Me la han partido unas cuantas veces, pero siempre me he vuelto a levantar. Me he enfrentado a individuos que nos engañaron a todos, que robaron a nuestras espaldas y que ya están donde deben estar”.
“SORAYA SÁENZ DE SANTAMARÍA
EXVICEPRESIDENTA DEL GOBIERNO
“Sé lo que es estar en el gobierno, pero también sé, y por eso presento mi candidatura a la presidencia del Partido Popular delante de las puertas del Congreso, lo que es estar en la oposición. Si hacemos una buena oposición, volveremos al gobierno”.
La renuncia de Alberto Núñez Feijóo a optar a la presidencia del PP ha dejado el liderazgo del partido en una lucha de titanes donde por fin se enfrentarán las dos principales colaboradoras de Mariano Rajoy, que nunca han podido verse, pero que ahora se dirán cara a cara lo que siempre callaron. Las dos dieron ayer el paso de anunciar sus candidaturas, que hoy presentarán de forma oficial con los 100 avales requeridos.
Las dos contendientes, la que fue mano derecha de Rajoy en el partido, María Dolores de Cospedal, y la número dos en el Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, se miraron de reojo desde que el líder del PP anunció que se retiraba y han dado el paso a la vez, para optar a lo mismo, la presidencia del partido.
Y lo hicieron ayer enseñando cada una su hoja de servicios como
aval. Sáenz de Santamaría, su gestión en el gobierno, pero también su papel de portavoz del PP en el Congreso de los Diputados desde el 2008 al 2011, en la última etapa de Rajoy en la oposición: “Sé lo que es estar en el gobierno, pero también sé, y por eso presento mi candidatura delante del Congreso, lo que es estar en la oposición, y si hacemos una buena oposición, volveremos al gobierno. Creamos en ello, porque
somos un partido fuerte, con vocación mayoritaria, un partido que sabe gobernar, pero que también tiene grandes ideas para España”.
La exvicepresidenta es consciente de que lo que está en juego no son unas elecciones para ganar el gobierno, sino para dirigir el PP, que no se sabe cuánto tiempo tendrá que hacer oposición. Con este recuerdo, Sáenz de Santamaría también quiere borrar la ima- gen que se ha querido trasladar de ella de que no se había dedicado al partido, tan enfrascada como estaba en el gobierno, gestionando.
María Dolores de Cospedal también hizo valer sus credenciales. Las de haber estado en la dirección del partido en los peores momentos, cuando tuvo que lidiar con los casos de corrupción que les atenazaban: “Me he enfrentado a individuos que nos engañaron a todos. Individuos que robaron a nuestras espaldas. Individuos que ensuciaron con sus delitos las siglas de nuestro partido. Individuos que ya están donde deben estar. He dado la cara y siempre la daré. Me la han partido unas cuantas veces, lo sé, pero siempre me he vuelto a levantar. Lo he hecho gracias al cariño y el aliento de cientos y cientos de compañeros”.
Una reivindicación de su gestión en el partido, pero también, y sobre todo, un recuerdo de la mayor de las críticas, o la primera, que hace a Santamaría: que en los peores momentos de la corrupción, ella no echaba una mano, y cuando era preguntada en las ruedas de prensa de los Consejos de Ministros se escudaba en que estaba allí como ejecutivo, no como PP, y guardaba silencio.
Las presentaciones de Cospedal y Sáenz de Santamaría casi parecían un ajuste de cuentas entre ambas, y eso que se celebraron a casi 100 kilómetros de distancia: Cospedal, en Toledo, aprovechando una reunión de la junta directiva del PP de Castilla-La Mancha, con un discurso preparado y sosegado, y Sáenz de Santamaría a las puertas del Congreso, a pleno sol, rodeada de periodistas que se apiñaban contra ella, y ante los que apenas habló ocho minutos en vez de la media hora larga de su contrincante. La neutralidad que quiere mantener el PP le hace negar a los precandida-
tos el uso de las sedes –Cospedal lo hizo en la suya como presidenta del PP de Castilla-La Mancha–. A partir del viernes, cuando sean proclamados los candidatos, será otra cosa.
Además, el viernes, Cospedal dejará de ser secretaria general del partido, en la línea de garantizar esa neutralidad, lo mismo que otro de los candidatos, Pablo Casado, ha decidido renunciar a su cargo de vicesecretario de comunicación. Y las diferencias puede que las expongan en un debate. La comisión organizadora del congreso, que se reunió ayer, no descarta esa posibilidad, que se decidirá en una próxima reunión.
En la defensa de su candidatura, Cospedal recordó no sólo los ocho años de gobierno y las dificultades que tuvieron que afrontar –recesión, el desafío independentista en Catalunya–, sino también los ocho años de oposición. “Estoy preparada. Ofrezco la garantía de mi experiencia, de mi capacidad de trabajo y de mi ilusión”. Puso en valor que ella se ha presentado y ganó elecciones, como las de Castilla-La Mancha, y destacó su condición de mujer.
La primera secretaria general del PP y la primera presidenta de Castilla-La Mancha ahora quiere ser la primera presidenta del Partido Popular, para ser después la primera presidenta del gobierno de España. “Creo, con respeto a todo el mundo, que ha llegado el momento de la mujer”, afirmó.
Cospedal presentó su candidatura como una propuesta de unidad, de suma, con un proyecto claro para España, fuerte y ganador. Con la pretensión de recuperar la unidad del centroderecha y de hacer las cosas que no pudo hacer el PP en el gobierno porque tuvo que centrarse en la batalla contra la crisis. “Y nos dejamos muchas cosas que supeditamos a los intereses de España”, aseguró.
Sáenz de Santamaría, por su parte, subrayó que el proyecto que ella quiere encabezar quiere construirlo “escuchando y dialogando, abriéndonos, cooperando, integrando”. Un proyecto, dijo, en el que “todos nos debemos sentir compañeros”. Así se podrá construir, afirmó, el “partido fuerte y unido” que necesita España.
La exvicepresidenta defendió que su candidatura no aspira sólo a presidir el PP, sino también “a la presidencia del gobierno”, porque, según los estatutos del PP, el candidato a la presidencia del gobierno será el presidente del partido. Una baza que Sáenz de Santamaría quiere jugar, ya que en el PP siempre ha habido la creencia de que es un buen cartel electoral.
Y mientras, muchos en las filas populares siguen en estado de shock tras la renuncia del presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, a presentarse, lo que les obliga a recolocarse. No contaban con tener que optar entre las dos dirigentes, y por eso muchos miran ahora a candidaturas como la de Pablo Casado.