Sánchez admite que no habrá una nueva financiación
El presidente aduce la falta de tiempo, aunque quiere acabar el mandato en el 2020
Cuando estaba en la oposición, Pedro Sánchez reclamaba un nuevo sistema de financiación autonómica de manera urgente, pero ahora asegura que no hay tiempo material para aprobarlo. Sin embargo, el presidente se comprometió ayer a hacer algunas mejoras en cada comunidad.
Como líder del PSOE, Pedro Sánchez se situó a la cabeza de los presidentes autonómicos socialistas en demanda de un nuevo sistema de financiación “justo”. Y le echó en cara reiteradamente a Mariano Rajoy su incumplimiento y falta de palabra, pues en la última conferencia de presidentes, en enero del 2017, se comprometió a poner encima de la mesa un nuevo modelo de financiación antes de que acabara aquel año.
Pero ahora, y ya como nuevo presidente del Gobierno, Sánchez admitió ayer que no habrá un nuevo sistema de financiación. “No va a dar tiempo material”, reconoció, en la primera sesión de control al Gobierno en el Senado que protagonizó, en respuesta a la senadora de Coalición Canaria María del Mar Julios. Y eso que, la víspera, Sánchez anunció que su aspiración es agotar la actual legislatura y no convocar las elecciones generales hasta el 2020. El actual modelo de financiación, como no se cansó de repetir Sánchez mientras era el líder de la oposición, caducó en el 2014.
Lo cierto, según admiten dirigentes del PSOE, es que aunque Sánchez lograra forjar un consenso entre las comunidades para un nuevo sistema de financiación, en el Consejo de Política Fiscal y Financiera, le resultaría muy difícil, por no decir imposible, lograr una mayoría en el Congreso para sacarlo adelante sin el PP. Además, recuerdan que “los presupuestos son los que son”. Es decir, que en ningún caso habría manera de encontrar en las cuentas del Estado los hasta 16.000 millones de euros en que los expertos y algunos presidentes autonómicos cifraron el déficit de la financiación.
Sánchez, no obstante, sí se comprometió a introducir mejoras para resolver a corto plazo la asfixia financiera autonómica. “Pero sí vamos a hacer mejoras en todas y cada una de las comunidades autónomas hasta la convocatoria de las nuevas elecciones”, subrayó Sánchez, sin mayor concreción por ahora.
Algunos presidentes autonómicos del PSOE, que hace años que claman por una nueva financiación, recibieron la noticia con preocupación. “Espero que al menos haya mejoras sustanciales, porque dos años dan mucho de sí”, asegura uno de ellos a La Vanguardia. Otros dirigentes del PSOE apuntan a que, aunque no haya un nuevo modelo de financiación, el Gobierno sí podría, de manera bilateral con cada comunidad, negociar mejoras y resolver cuestiones pendientes, y que se inyectaran más recursos a través de los fondos de cooperación y de compensación. Aseguran que lo más urgente será atender las necesidades de las comunidades que consideran “más infrafinanciadas”, entre las que citan Andalucía, la Valenciana, Baleares o Catalunya.
Sánchez se estrenó en la sesión de control en el Senado ante un PP que le esperaba con ganas. El portavoz, José Manuel Barreiro, animado por una alborotada bancada del PP que incluso abucheó al presidente del Gobierno, le reprochó que en quince días no haya disipado las “incertidumbres” que genera su llegada a la Moncloa con el respaldo de partidos independentistas. Sánchez reclamó al PP que no insista en “alimentar el agravio territorial” para pescar votos: “No les voy a pedir que apoyen al Gobierno, pero sí que apoyen al Estado”. Y lamentó que, con Rajoy, el apoyo al independentismo en Catalunya haya pasa- do del 15% a más del 40%. Exigió así al PP que no busque “un rédito electoral a costa de poner en riesgo la convivencia entre españoles”.
El Congreso, por su parte, aprobó ayer una proposición no de ley del PP en apoyo de la unidad de España. Votaron a favor el PSOE y Ciudadanos, si bien se aprobó con enmiendas introducidas por los propios socialistas en respaldo expreso a la comisión parlamentaria para la revisión del modelo territorial. No se aceptó una enmienda de Ciudadanos que abogaba por fijar un listón del 3% de votos estatales para acceder al escaño, un filtro electoral antinacionalista. La proposición, no obstante, lleva una cláusula contra las consultas, que exige “respetar la integridad de la soberanía nacional frente a cualquier intento de referéndum de secesión”.
El Congreso aprueba con los votos de PP, PSOE y Cs, una declaración contra las consultas secesionistas