La Vanguardia

EE.UU. se retira del Consejo de Derechos Humanos

Washington insiste en separar a niños de sus padres inmigrante­s

- FRANCESC PEIRÓN Nueva York. Correspons­al

Saltaron las alertas al conocerse la comparecen­cia conjunta de Mike Pompeo, secretario de Estado, y Nikki Haley, embajadora estadounid­ense ante la Organizaci­ón de las Naciones Unidas (ONU). En ese encuentro, celebrado la tarde del martes en Washington, se confirmó que Estados Unidos abandona el Consejo de Derechos Humanos de la ONU e, incluso, se dejó caer la amenaza de retirada de esa organizaci­ón global.

“El Consejo es hipócrita y egoísta”, sostuyo ayer Haley. Antes ya había expresado con frecuencia su oposición a esa comisión con base en Ginebra. La embajadora denunció hace meses lo que calificó de “prejuicios patológico­s” contra Israel. Según el Gobierno de EE.UU. el consejo ha emitido 70 resolucion­es en las que se “desprecia” a su gran aliado. Haley remarcó en el 2017 que el consejo “no es una buena inversión de nuestro tiempo, dinero y prestigio nacional”. Su jefe la ratificó y amenazó con retirar las ayudas a la institució­n y a los países que le negaran el beneplácit­o. Activistas y diplomátic­os señalaron la pasada semana que se había fracasado a la hora de alcanzar un acuerdo que respondier­a a las demandas de la Administra­ción Trump.

Esta esperada decisión no hace más que sumar en la estrategia de aislamient­o del actual Gobierno, que abandonó el pacto ecológico de París y el firmado para frenar el desarrollo nuclear de Irán.

Tal vez no sea una coincidenc­ia que la medida del Departamen­to de Estado surgiera justo al día siguiente de que el alto comisionad­o de Derechos Humanos, Zeid Ra’ad al Husein, solicitara a la Casa Blanca que aparcara su “política sin conciencia” de separar a los menores de sus padres cuando cruzan la frontera sur.

La embajadora Haley replicó con vehemencia. “Ni las Naciones Unidas ni nadie más va a dictar cómo Estados Unidos defiende sus fronteras”, subrayó. “Una vez más, la ONU muestra su hipocresía señalando a Estados Unidos mientras ignora el censurable historial de derechos humanos de varios miembros de su propio Consejo de Derechos Humanos”.

El sollozo de los críos enjaulados, reclamando a sus padres y a sus madres, contrasta con las risas de un grupo de pequeños empresario­s que aclamaron ayer a Trump cuando redobló su apuesta por esa separación de familias inmigrante­s como coacción para que no vengan a EE.UU.

La grave crisis humanitari­a, con niños separados de sus parientes y encerrados bajo el desprecio de sus guardianes –tienen prohibido el contacto físico, aunque los encerrados lloren y reclamen un poco de cariño–, no ha hecho más que ir a más con las palabras del presidente, inspiradas por su asesor Stephen Miller.

A pesar de que las últimas cinco primeras damas –entre las que figura la vigente, Melania– han criticado la medida de “tolerancia cero” decretada, a Trump no se le ablanda el corazón.

Al revés. En su intervenci­ón por el 75.º aniversari­o de la National Federation of Independen­t Businesses, el presidente se mostró desafiante, insistió en culpabiliz­ar falsamente a los demócratas e insistió en que este es el momento para que el Congreso apruebe una ley migratoria.

Dijo que no desea incrementa­r las partidas económicas para pagar a más jueces que resuelvan los casos de asilo y refugio –“no quiero que la gente venga”–, sino que pretende reforzar las fronteras. En realidad, lo que busca utilizando a los menores son los 25.000 millones de dólares que cuesta su famoso muro. Aseguró que los traficante­s y miembros de bandas utilizan a los niños para entrar, olvidando que la mayoría de las familias huyen precisamen­te de esa violencia.

En su arrebato atacó a México –“no hacen nada por nosotros”– o a los medios que no se rinden a su ego, a los que acusó de incentivar a los criminales, y amenazó con retirar las ayudas a los países que “nos envían a los peores”.

El presidente redobla su apuesta por separar a los hijos de sus padres y culpa a los demócratas, a México y a los medios

 ?? JOHN MOORE / AFP ?? Una niña hondureña de dos años llora mientras su madre es cacheada y detenida en la frontera de EE.UU. con México
JOHN MOORE / AFP Una niña hondureña de dos años llora mientras su madre es cacheada y detenida en la frontera de EE.UU. con México

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