Trump traslada a los Reyes que le gustaría visitar España
El líder estadounidense recibe a Felipe VI y Letizia en la Casa Blanca
“Estuvimos en España hace poco. Nos gusta mucho, la gente es muy especial y es un lugar precioso”. Con estas palabras recibió ayer a los Reyes el presidente Donald Trump en el breve encuentro que tuvo lugar en el despacho oval. La declaración de amor por España marcó el encuentro, aunque el distanciamiento de Trump con lo hispano se tradujo, en su momento, en la retirada del castellano de la página web de la Casa Blanca y ayer mismo por la ausencia de un traductor en la célebre oficina. Ante el Rey y a preguntas de un periodista, Trump prometió visitar España en breve: “I will go to Spain”, contestó.
Trump fue directo al grano y, de algún modo, sacó a España de sus guerras comerciales asegurando ante el Rey: “Nuestras relaciones han sido sobresaliente durante muchos años y especialmente ahora”. Calificó de “excelentes las relaciones en materia comercial y de defensa”. Su apostilla “mejor imposible” supone la tranquilidad, de momento, del sector de la aceituna negra, ya que, si Trump sigue con su política proteccionista frente a la Unión Europea, podría aumentar los aranceles del 21% al 34%. Un drama para el sector aceitunero español. Tampoco parece que se vaya a variar el estatus de las bases estadounidenses en España.
Tras asegurar que era un “gran honor” recibir a los Reyes, Trump dio la palabra al Rey, quien, a su vez, agradeció al presidente y a la primera dama el tiempo que les estaban dedicando. Por si no lo tenían presente, el rey Felipe les informó de que llegaban a Washington tras unos días en Luisiana y Texas y agradeció el trato recibido por el pueblo norteamericano. También el Rey, en sus primeras palabras ante Trump, recordó “la historia común que España y Estados Unidos comparten”. “Tenemos muchos temas de interés común, compartimos esfuerzos en muchas áreas, pero hay una cuestión básica, que es el valor que le damos a la democracia”, concluyó.
El encuentro no pudo ser más cordial. Trump, tan dicharachero de cerca como parece y con el pelo aún mas panocha, no pierde el tiempo. Desde la puerta sur de la Casa Blanca, el acceso más privado, adonde los Reyes llegaron cuando pasaban siete minutos de las 2 de la tarde (seis horas más en España), las dos parejas entraron al edificio e inmediatamente se dirigieron, a través de la galería, al despacho oval. Los dos jefes de Estado se sentaron en dos sillones de espaldas a la chimenea de mármol que en 1909 hizo poner el presidente William Howard Taft. A sus respectivas derechas, la Reina y Melania Trump, sentadas, una frente a la otra, en dos sofás retapizados al inicio del actual mandato presidencial con un adamascado en tono dorado, el preferido de Donald Trump y la base de la decoración de sus casas y hoteles.
No es habitual en los encuentros en el despacho oval la asistencia de las esposas, pero en esta ocasión sí lo hicieron, aunque la reina Letizia y Melania Trump permanecieron en el espacio diez minutos más de los poco más de cinco en los que se permitió la presencia de los medios de comunicación.
Trump primero y el Rey después utilizaron exactamente tres minutos para sus respectivas declaraciones, según lo atestigua a transcripción oficial que, al término del encuentro, facilitó la Casa Blanca. El presidente de Estados Unidos empezó a hablar a las 14.19 horas, y a las 14.22 horas, después
El mandatario estadounidense afirma que las relaciones comerciales con España son excelentes
de las palabras del Rey, dio las gracias a todo el mundo, la prensa salió del despacho y se quedaron las dos parejas. Minutos después, Melania Trump guiaba a la Reina hasta uno de los salones, donde estaba previsto que tomaran un té. Mientras tanto, los dos jefes de Estado prosiguieron su encuentro en compañía del ministro de Exteriores, Josep Borrell, y del secretario de Estado, Mike Pompeo. Poco después de las 15 horas, los Reyes abandonaron la Casa Blanca.