Filtros de migrantes fuera de la UE
El Consejo Europeo quiere crear centros en el extranjero para decidir el asilo
En sospechosa concomitancia, la UE dio a conocer ayer su disposición a crear centros de migrantes fuera de Europa, mientras en un palacio cercano a Berlín, la canciller de Alemania, Angela Merkel, y el presidente de Francia, Emmanuel Macron, hacían votos por una solución europea a la cuestión migratoria y emitían señales sobre un posible apaño que permita a Merkel zanjar la disputa en su Gobierno sobre cierre de fronteras a migrantes en determinados supuestos, que la enfrenta a sus socios bávaros.
La iniciativa que plantea la Unión Europea supone un triunfo de la línea dura en inmigración y un intento de tranquilizar a Alemania e Italia, los dos países donde el debate migratorio está provocando heridas más profundas. Es también una propuesta del Consejo Europeo para ganar tiempo y buscar una salida a la cumbre de jefes de Gobierno de la UE la próxima semana, sobre la que pesaban los peores augurios por las tensiones entre socios. Se trata de crear centros de migrantes fuera de las fronteras de la UE para frenar los flujos migratorios, para decidir sobre las peticiones de asilo antes de que los solicitantes puedan poner pie en territorio comunitario.
En el borrador de conclusiones para la cumbre –texto por tanto sujeto aún a posibles modificaciones– se apoya desarrollar “plataformas de desembarco regional” que servirán para seleccionar las peticiones. “Distinguir entre los migrantes económicos y los que necesitan protección internacional”, indica el texto, tras citar que esos centros se crearían en estrecha cooperación con la Agencia de Refugiados de la ONU y la Organización Internacional para las Migraciones.
Todo el comunicado rezuma dureza para afrontar los flujos migratorios. Ya en el primer punto se establece que la precondición para que funcione la política europea en emigración “es un control efectivo de las fronteras exteriores”, y los siguientes continúan en línea similar. Se evoca la determinación de evitar una repetición de “los incontrolados flujos del 2015” y de reducir la inmigración ilegal en todas las rutas, para acabar reclamando a los estados que hagan más para evitar los llamados movimientos secundarios, es decir, el traslado de un refugiado de su país de llegada a otro dentro de la UE. Es un texto que puede leerse como concesión a las exigencias de la CSU de Baviera, cuando dice que “los estados miembros tomarán todas las medidas internas legislativas y administrativas para contrarrestar estos movimientos y cooperarán estrechamente entre ellos con este fin”.
Es la primera vez que se formula sobre un papel oficial la propuesta de crear estos centros para migrantes, aunque desde hace semanas se oyen voces en la UE reclamando iniciativas así. Dinamarca lo planconsideren teó como una idea que estaba debatiendo con Austria y Alemania. De momento, la UE ha planteado la idea, sin más precisiones, ni la localización de los centros ni su viabilidad. Habría que cerrar acuerdos con los países donde se quiera instalar esos centros, y además, deberá respetarse la prohibición legal de reenviar gente a países que no se seguros. El destino de aquellos a quienes se rechace el asilo es incierto, con el riesgo de que en estos centros se acumulen personas que no puedan ni entrar en Europa ni volver a su país de origen.
En todo caso, la iniciativa permite ganar tiempo, desactivar la bomba de relojería en que parecía haberse convertido la próxima cumbre y disponer de un margen mayor para futuras negociaciones.
Ayer en su rueda de prensa conjunta en Alemania, en el palacio de Meseberg, Merkel y Macron dijeron sobre migración cosas diversas,
CUMBRE DEL EJE FRANCO-ALEMÁN Merkel y Macron evocaron “mecanismos” para bloquear las llegadas de migrantes CON ARREGLOS MULTILATERALES Berlín y París amagan con el reenvío a los países de entrada de las personas fichadas allí
algunas muy claras, otras un tanto imprecisas. La canciller alemana insistió en la necesidad de una respuesta europea, “con solidaridad entre los estados miembros”, al desafío migratorio, que debería incluir unos estándares comunes sobre concesión de asilo. “Queremos fortalecer la protección de las fronteras exteriores y respaldamos en esa postura a Austria, que asumirá la presidencia de la UE el 1 de julio; y creemos que debe aumentarse significativamente el personal de Frontex”, señaló Merkel. La propuesta franco-alemana es destinar 10.000 agentes más a esa agencia comunitaria de coordinación de control de fronteras exteriores.
El presidente francés dijo que ambos trabajarían por “una solución intergubernamental o multigubernamental con los varios estados miembros que están implicados”, para que los solicitantes de asilo “puedan ser recibidos de nuevo lo antes posible en el país donde habían sido registrados”. Esto es justo lo que quiere el socialcristiano Horst Seehofer, ministro del Interior del Gobierno de gran coalición de conservadores y socialdemócratas de Merkel: poder rechazar en la frontera alemana a migrantes cuyas huellas dactilares hayan sido tomadas en otro país comunitario. Merkel se ha negado, aduciendo que eso sobrecargaría a los países con fronteras exteriores de la UE, como Italia y Grecia. Según el protocolo de Dublín, es en los países donde han sido registrados por primera vez donde los aspirantes deben solicitar asilo. Pero desde la crisis del verano del 2015, en la práctica no se está respetando el protocolo.
Reivindicar ahora la devolución a esos países de los migrantes fichados en ellos equivaldría a enviarles de vuelta a personas que son percibidas como un problema y, para Merkel, incurrir en una contradicción. Sin embargo, el impacto de esa medida para Italia y Grecia quedaría compensado por los centros de migrantes en países extracomunitarios. Preguntado por la posibilidad de crearlos en Libia –de donde zarpan la mayoría de los inseguros barcos en los que los traficantes hacinan a las personas que sueñan con llegar a Italia–, Macron respondió: “Todas las iniciativas concretas que, bajo la supervisión de la ONU, permitan evitar el flujo son un buen mecanismo”. También Merkel evocó “mecanismos” para bloquear la llegada de migrantes económicos desde África.
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