El matrimonio prolonga la vida
Ayer, el aquelarre matinal –la reunión de dirección para tratar los temas que hoy son publicados– tuvo un momento de risas y alguna carcajada. Fue cuando el responsable de la sección de Tendencias mencionó el tema de la página 29:
–El matrimonio es positivo para la salud cardiaca...
A la concurrencia le entró la risa y alguna voz inquirió si se refería a la salud cardiaca del casado o de la casada.
Yo no insinuó que el estudio de la británica Universidad de Keele, dirigido por el doctor Mamas A. Mamas –hombre predestinado a buenas obras–, carezca de fundamento y rigor. Menuda muestra: nada menos que dos millones de personas...
El matrimonio prolonga la existencia, lo cual es una sanción doble –penalti y expulsión– para quienes no gozamos de la vida conyugal: nos perdemos los ronquidos de la pareja o sus recomendaciones dietéticas y encima nos morimos antes, sin nadie al lado para despedirnos con ternura:
–¡Mira que te dije que cenabas mucho bocadillo de sobrasada! Pero tú, claro, ni caso...
La mayoría de los estudios científicos internacionales tienden a adjudicar al matrimonio grandes ventajas en el terreno de la salud, ¡como si la vida conyugal no tuviese ya suficientes alicientes! Tanto estudio mosquea, y uno ya sospecha que los casados del planeta han formado un lobby, dedicado a contrarrestar el choteo popular acerca de tan importante institución.
–Dicen que tenemos menos riesgos de infartos, de ictus, de arritmias... –Tú hazme caso y vivirás cien años. Con semejantes estudios científicos, el matrimonio es imparable y corre el riesgo de adquirir un prestigio social desmesurado, con un estallido de protestas y manifestaciones de solteros y divorciados.
–¡Por una sanidad digna! ¡Derecho universal al matrimonio!
Ahora que la gente ya no fuma, los médicos empezarán a curarse en salud con aquellos pacientes empeñados en vivir sin pareja cuyas dolencias atribuirán a la vida en solitario.
–Si no se casa, yo no puedo curarle esta obstrucción coronaria ni recetarle pastillas para no soñar.
Las agencias matrimoniales, las webs de relaciones y las verbenas subirán enteros ante la creciente desesperación de quienes por pereza de morirse buscarán matrimonio. Los estados podrán reducir las previsiones catastrofistas sobre el gasto sanitario en cuanto la cifra de casados roce el 100% de la población. ¿Qué mejor medico que tu pareja o qué mejor hospital que el hogar?
Hay que terminar con la creencia de que fuera del matrimonio la vida es frenesí, holganza, libertad, brindis al alba y mucha aventura. Vivir sin pareja aumenta el riesgo de infarto, multiplica el consumo de bocadillos de sobrasada de Menorca y es agradable, muy agradable.
Ya imagino a los médicos: si usted no se casa, yo no puedo curarle esta obstrucción coronaria