“Pase al carril derecho”
Un nuevo navegador en fase de pruebas evita giros de volante bruscos
El conductor pega un frenazo y después un acelerón para pasar del carril central a la salida de la vía que debe tomar en apenas unos segundos. Es una situación que se repite de manera constante y que todo aquel que haya conducido siguiendo las indicaciones de un navegador ha experimentado en sus propias carnes.
“Muchos accidentes son provocados por decisiones de última hora”, explica el jefe de estudios de movilidad del RACC, Martí Massot. Una manera de evitar esta actitud de riesgo sería con un navegador que detectase el carril por el que se mueve el coche y ofreciese indicaciones precisas que permitiesen anticipar las decisiones al volante.
Aunque aún no se encuentre en el mercado, no es algo que esté por inventar. Estos días se pone a prueba en las calles de Barcelona. Los técnicos del RACC se mueven por las rondas a bordo de un coche con cámaras integradas y un navegador con el sistema Galileo –el equivalente europeo al GPS, con una mayor precisión– que solucionan el problema de la falta de anticipación. La pantalla no se limita a señalar el sentido de la vía, sino que indica el carril por el que está circulando el vehículo en ese momento y por cuál debería hacerlo en función de si va a tener que tomar una salida o no.
El objetivo final, según Martí Massot, no es otro que “aumentar la seguridad vial en la carretera”. Además de evitar cambios de carril bruscos, también puede ser útil para guiar al usuario por el carril más fluido por el que circular en caso de congestión.
Las pruebas en la calle son la etapa final de una iniciativa impulsada por la GSA, la agencia europea de sistemas de navegación por satélite. En el proyecto lleva trabajando más de dos años un consorcio de diez empresas e instituciones europeas, entre las que están el Ayuntamiento de Barcelona y el RACC. Bajo la coordinación del centro tecnológico Vicomtech, el consorcio llamado inLane lo completan TomTom, Intel, Honda Research Institute, la Universidad de Eindhoven, Ertico, TeleConsult Austria e Ifsttar.
De momento es un prototipo, el desarrollo pasa a manos de las empresas del sector que puedan estar interesadas. Los impulsores del sistema, que se reunieron ayer en la sede del RACC, están convencidos de las posibilidades de implantación reales que tiene. Confían en que la nueva tecnología llegue a los coches de manera generalizada en cuestión de dos o tres años.