Subir la escalera social
El programa CaixaProinfancia ha ayudado a romper el techo de la pobreza a 85.563 menores en diez años
Ayaa Charkoui es una joven de 18 años del barrio de Trinitat Vella de Barcelona. Aspira a ser pediatra y, antes de entrar en la universidad, cursa un grado superior de Imagen para el Diagnóstico y Medicina Nuclear. “Estar entre niños me encanta, poder ayudarlos es mi pasión”, confiesa. “Todo comenzó cuando pude asistir a los casals con 5 o 6 años, me gustó tanto que con 13 ya hacía de voluntaria, allí descubrí mi vocación, hice el curso de monitora de tiempo libre”, recuerda. Su madre llegó a Catalunya procedente del norte de Marruecos un año antes de su nacimiento. Su padre, fontanero de profesión, llevaba más tiempo en la capital catalana intentando labrar el terreno para la llegada de su familia, que nunca lo tuvo fácil.
“Los años de crisis económica han sido muy duros”, señala con una madurez propia de una persona mucho mayor que ella. “Mi madre asistía a los cursos de castellano y le costó mucho aprender, ahora ejerce de mediadora y traductora en el servicio de mediación del barrio”, cuenta explicando la trayectoria de los suyos. A las puertas de cumplir su sueño y entrar en la facultad, reflexiona: “He visto como hemos ido escalando poco a poco, como subiendo una escalera”.
Ayaa es una de las 85.563 menores de Barcelona y su área metropolitana ayudadas por el programa CaixaProinfància, que ahora cumple diez años. La iniciativa tiene el objetivo de “romper el círculo de la pobreza que se transmite de padres a hijos a través de la educación”, en palabras del subdirector general de la Fundación Bancaria la Caixa, Marc Simón. “Los casals eran muy caros para mi familia, sin la ayuda de CaixaProinfància y Save the Children no hubiese podido ir”, sentencia Ayaa.
Ofrecen servicios como refuerzo escolar, ocio educativo, apoyo familiar, terapia psicosocial y promocionan la salud infantil. El más común, que abarca el 44% de las ayudas, es el refuerzo educativo. En estos diez años, la inversión en la capital catalana y su conurbación asciende a 122 millones de euros. La media de ayudas es de entre 700 y 800 euros anuales por niño. El año pasado se atendió a 18.367 jóvenes de 12.083 familias. El programa se vehicula a través de 118 asociaciones colaboradoras. Un trabajo en red tejiendo complicidades con las entidades locales en el que se personaliza la asistencia y se realiza un seguimiento caso a caso. En toda España, tercer país con mayor riesgo de exclusión y pobreza infantil de la Unión Europea, CaixaProinfància ha atendido a 282.991 jóvenes a lo largo de esta década. La iniciativa comenzó en once ciudades españolas, pero ahora ya está presente en 135 municipios en colaboración con un total de 426 entidades sociales de proximidad.
El programa funciona en red con entidades locales, ofrece terapia psicosocial, refuerzo escolar y ocio educativo