La Vanguardia

La Gioconda o el rapto de la mirada

‘Una cierta oscuridad’ explora en CaixaForum las ideas de opacidad, ocultación y ausencia en las prácticas artísticas

- TERESA SESÉ

El lunes 21 de agosto de 1911, día de limpieza y mantenimie­nto, La Gioconda desaparece del Louvre. Un obrero italiano, Vicenzo Peruggia, que conocía bien el museo por haber trabajado allí, libera la tela de su marco, la enrolla y sale por la puerta con ella bajo el brazo. La Mona Lisa está a punto de cumplir 400 años y por supuesto no es una desconocid­a, pero será el rapto lo que la convertirá en estrella. Durante meses una multitud de personas, muchas de las cuales no habían puesto nunca los pies en el museo, se apiña en la sala Carré para ver el vacío que ha dejado en la pared entre una Alegoría de Tiziano y el Matrimonio místico de Santa Catalina de Correggio.

Dos años y medio después, el cuadro de Leonardo aparecerá en la habitación de un hotel Florencia. Ya nada será como antes. El Louvre le dedica habitación propia, y luego, convertida en moneda de cambio diplomátic­o, viajará a EE.UU., a Japón y a la antigua Unión Soviética, donde el precio de la entrada variaba según el tiempo de visionado: a partir de un rublo por quince segundos... Hoy la muchedumbr­e vuelve a agolparse en torno a la obra de Leonardo, metida en una vitrina encofrada y protegida por un doble vidrio antibalas, pero entre las cabezas de los visitantes y los fogonazos de los flases el cuadro no se ve. “Me pregunto si en la mirada de aquellos espectador­es que se enfrentaba­n a un espacio vacío y que por tanto tenían que imaginar una imagen que tal vez nunca habían visto en vivo no había más intensidad que en la de los que este contacto directo no llega a producirse porque hay una cámara o un móvil de por medio”, reflexiona Alexandra Laudo, comisaría de una exposición, Una cierta oscuridad, que arranca con una serie de imágenes y documentos en torno a aquella imagen ausente y concluye con la fotografía tomada por Martin Parr en 2012 que ilustra esta página. Dos maneras de ver o de no ver.

Una cierta oscuridad se enmarca dentro del ciclo Comisart. Nuevas miradas sobre la Colección La Caixa que impulsa la institució­n. Para la exposición que puede verse en CaixaForum (hasta el 5 de enero), Alexandra Laudo parte del relato del rapto de La Gioconda para explorar algunas estrategia­s de las prácticas contemporá­neas como son la ocultación, la opacidad, la ausencia o las formas de mirar. El recorrido, que se completa con una serie de puntos de fuga o propuestas desplazada­s fuera del espacio

La exposición toma como punto de partida el vacío que dejó en el Louvre el cuadro robado de Leonardo

expositivo, cuenta con obras de Christo (el boceto de su proyecto de envolver el monumento a Colón), Perejaume (El lloc i la data, dos fragmentos de marco de un cuadro con los que indaga entre representa­ción y representa­do), Tim Rollins y K.O.S. , un grupo de estudiante­s de una escuela pública del Bronx de Nueva York (un cuadro que no podemos ver), Àngels Ribé (dos imágenes estáticas que centran nuestra atención sobre la mirada), Pedro G. Romero (una imagen de la escultura de san Bruno a la que le han sido arrancados los ojos) o David Batchelor, que rastrea los espacios vacíos en ciudades sobreestim­uladas de imágenes.

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MARTIN PARR / MAGNUM PHOTOS París. Le Louvre, fotografía de Martin Parr del 2012

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