Sin bromas fuera de casa
Quince mil iraníes y un rival rocoso ante España
La capital de Tartaristán cuenta con dos consulados abiertos, el de Turquía y el de Irán. Por lo tanto, lo primero que hay que decir del partido de hoy es que España lo disputa fuera de casa. Y no por ser en Rusia, sino porque se espera la presencia en las gradas de unos 15.000 aficionados iraníes, bien visibles en las calles de la ciudad, especialmente en la mezquita y el Kremlin, incluidas mujeres que en su país tienen prohibida la asistencia a los estadios. Por lo tanto, partiendo de la base de que el ambiente estará en su contra, de que Irán recibe poquitos goles y de que el conjunto asiático venció el primer día y España no, pocas bromas podrá gastar la
roja si no quiere ver peligrar su presencia en el Mundial. El reluciente Kazán Arena, con capacidad para 45.500 personas, diseñado en el 2013 simulando un enorme nenúfar, acogerá un partido fundamental. Todo lo que no sea una victoria de España le complicaría la vida de cara a la última jornada, aunque también dependerá del duelo entre Portugal y Marruecos.
Una vez encajado el golpe de la salida de Lopetegui y asumido con mucha entereza el electroshock por parte de los futbolistas, que se manejaron con personalidad en el debut en el torneo, a la selección de Fernando Hierro le aguarda la tarea de encontrar huecos ante un adversario entusiasta y que sabe defenderse sin cometer errores estúpidos. Se deberá armar de paciencia el equipo español en la búsqueda no sólo del triunfo sino también de una buena renta de goles, pues el balance realizador puede resultar trascendente a la hora de posicionarse dentro del grupo. Aunque lo primero será no precipitarse. “Irán es un equipo muy bien preparado tácticamente y fuerte en el aspecto físico. Es un equipo sólido, con los conceptos muy claros y que nos va a poner en muchas dificultades. Tenemos que estar atentos a sus acciones a balón parado”, advirtió Hierro.
No es previsible que el malagueño haga demasiados cambios en la alineación ante un rival al que nunca se ha enfrentado España. Además confirmó oficialmente que el dubitativo De Gea se mantendrá en la portería (“va a jugar seguro, quedaos tranquilos, está entre los tres mejores del mundo”), con lo que el único relevo que se antoja es el de Carvajal, ya recuperado de su lesión, por Nacho con el objetivo de hacer el campo más ancho y más profundo. El lateral ya lleva una semana trabajando con normalidad. Se requiere precisión en los espacios cortos y eso otrora habría mandado a Diego Costa al banquillo pero tras sus dos goles contra Portugal no se entendería.
Esa delicadeza es la que siempre aporta un Andrés Iniesta que rompió una lanza por el compromiso del vestuario. “Somos un grupo que llevamos mucho tiempo juntos y tenemos una confianza ciega en lo que hacemos. Lo de Lopetegui fue una situación incómoda pero ya pasó. Ante Portugal no era fácil y demostramos nuestra fe en lo que hacemos. Todos somos conscientes de que una victoria en el segundo partido nos puede situar muy bien en el grupo”, manifestó el manchego.
Irán dispone de futbolistas con historias muy curiosas. Como Alireza Beiranvand, el portero titular, que trabajó como pastor de ovejas y al que su padre rompía los guantes y la ropa de guardameta porque no quería que jugara a fútbol. O Sardar Azmoun, al que llaman el Messi iraní pero que empezó jugando a voleibol, idolatra a Ibrahimovic y es un amante de los caballos, hasta el punto de que se ha rodado un documental con sus equinos. Azmoun jugará en casa pues milita en el Rubin Kazán. El gol es cosa de Alireza Jahanbakhsh. Extremo del AZ y máximo goleador de la liga holandesa se enganchó al fútbol por el Mundial de 1998 aunque primero lo combinó con la gimnasia y el balonmano. En cambio, el líder de la defensa es Morteza Pouraliganji, compañero de Xavi Hernández en el Al Saad de Qatar.
En Kazán nació el célebre escritor Lev Tolstói, autor de Anna Karénina y Guerra y paz. España empezó el Mundial con guerra pero para llegar a la paz ha de ganar hoy.