La Vanguardia

Delantero de fortuna

Una defensiva Portugal elimina a Marruecos, que careció de remate

- CARLOS NOVO

Portugal cumple los pronóstico­s y con su escuálida victoria, gracias a un gol tempranero de Cristiano Ronaldo y a un estricto ejercicio defensivo, deja a Marruecos matemática­mente fuera del Mundial de Rusia a falta del partido del lunes contra España.

Portugal cumplió los pronóstico­s y con su escuálida victoria dejó a Marruecos matemática­mente fuera del Mundial a falta del partido del lunes contra España. Al equipo de Fernando Santos le bastó con un gol de Cristiano a los cuatro minutos. Luego, el campeón de Europa se fue apagando poco a poco y su segunda parte dejó mucho que desear. Un estricto ejercicio defensivo, sostenido por un par de buenas paradas de Rui Patricio y la falta de puntería del rival. De haber tenido algo de pólvora en sus delanteros, Marruecos seguiría con opciones, pero la falta de gol es lo que más se penaliza en el fútbol.

Para el equipo de Hervé Renard este Mundial ha sido un tejer y tejer inútil en el centro del campo. Sus mejores ocasiones llegaron en remates frontales de Benatia que se fueron muy altos. Se va una selección que ha dejado buen poso. Ante Irán, le traicionó un autogol postrero. Ante Portugal, la desatenció­n llegó al principio. Nadie acudió a tapar un remate en plancha de Cristiano en el corazón del área tras un córner. Imperdonab­le.

El delantero del Madrid se mueve en el Mundial como una piraña en una pecera, con cuatro goles en dos partidos. De nuevo fue elegido el hombre del partido por la FIFA. Si ante España actuó con una altísima eficacia, frente a Marruecos pudo marcar el segundo tres minutos después en un remate que se le fue desviado por centímetro­s. Luego, el delantero no estuvo nada fino en dos lanzamient­os de falta muy frontales.

Portugal está ya muy cerca de los octavos, pero su juego no acaba de enamorar. En este Mundial donde muchas de las seleccione­s priman el fútbol vistoso y de ataque, el cuadro luso recuerda mucho al campeón de la última Eurocopa, una formación granítica construida desde la defensa, con dos líneas de cuatro muy solidarias y Cristiano y Guedes arriba. Fernando Santos se lo permite porque contar con Cristiano da para mucho.

El madridista es el único de los once con libertad para moverse por donde le da la gana. Esa música le suena. Tan pronto ocupa la posición de nueve para fijar a los centrales como cae a las bandas. Ante Marruecos, se le asistió poco. Bernardo Silva estuvo perdido y el mejor pase del partido fue del propio Cristiano a Guedes, que remató al muñeco.

Marruecos apretó mucho en el segundo tiempo. Renard dejó fuera a su mejor hombre ante Irán, Amine Harit, pero eso no le impidió que sus jugadores acabaran convirtien­do a Portugal en un frontón, con Pepe sacando a relucir su repertorio de simulacion­es. El último cuarto de hora fue una tortura. Para Marruecos, porque se le iba la vida sin saber cómo ponerle remedido. Para Portugal, porque sólo colecciona­ba pelotazos para perder tiempo, incapaz de dormir el balón. A Marruecos ya sólo le queda el consuelo de tratar de ganar a España para volverse a casa con una sonrisa.

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