La lucha por el salario mínimo para los camareros conquista Washington
La lucha por un salario mínimo para los camareros en Estados Unidos avanza con la victoria de la propuesta en la consulta celebrada el martes en Washington.
Un 55% de los vecinos de la capital federal respaldaron la iniciativa popular para elevar a 15 dólares el sueldo mínimo de los trabajadores que cobran a base de propinas, una categoría que incluye desde camareros a lavacoches, repartidores o botones de los hoteles. Con la legislación actual, el salario mínimo es de 3,33 dólares por hora pero las empresas deben completarlo hasta 12,5 dólares si el trabajador no llega a esa cantidad gracias a las gratificaciones de los clientes, un cálculo que se hace de forma semanal y que en ocasiones es objeto de abusos.
La Iniciativa 77, como se conoce la propuesta, ha dividido al sector de la hostelería. Muchos trabajadores, además de las grandes empresas, están en contra del cambio porque temen un aumento de los precios y pérdidas de empleo. Diferentes estudios indican que las experiencias previas no han sido tan dramáticas como pretenden los empresarios del sector y, en cambio, han ayudado a elevar el nivel de vida de sectores sociales como los trabajadores de origen hispano, negros y mujeres. Aunque algunos ganan más que la media, los trabajadores que cobran propinas tienen el doble de posibilidades de vivir en la pobreza que el resto.
La campaña por el cambio “no termina ahora”, afirma Diana Ramírez, codirectora de Restaurant Opportunities Center United, uno de los grupos promotores de la iniciativa. Tanto el Congreso como el consejo local de la capital, que se ha manifestado contra la iniciativa, podrían impedir que se convierta en ley. “Quiero sentarme y evaluar su impacto entre los trabajadores y la gente afectada para ver si serán capaces de permitirse una vida de calidad en la ciudad”, ha dicho la alcaldesa, la demócrata Muriel Bowser, que aspira a la reelección.
De salir adelante la reforma, la capital federal se sumaría a los estados de Alaska, California, Minnesota, Montana, Nevada, Oregón y Washington en renunciar a las propinas como base de los sueldos y establecer un salario mínimo superior al actual que garantice unos ingresos constantes y previsibles sin renunciar a que los clientes puedan seguir dejando gratificaciones, una costumbre muy arraigada en Estados Unidos. Sería la primera gran ciudad en poner en marcha el experimento, mientras Nueva York y Michigan preparan iniciativas en el mismo sentido.