La Junta de Andalucía retira a un padre la tutela de trece de sus treinta hijos
El afectado dice que es un “secuestro” ya que los niños estaban “bien atendidos”
Juan Manuel, el Canuto, unos sesenta años le contemplan, cree que la Junta de Andalucía se ha equivocado con su decisión y ha “secuestrado” a trece de sus treinta hijos. La Fiscalía de Menores y la Guardia Civil procedieron el martes a recoger a once de los menores, que tienen entre 5 y 12 años, cuando se encontraban en la escuela, algunos en la pequeña localidad granadina de Marchal y otros en Guadix. El miércoles se procedió a recoger a otros dos más que se encontraban en la casa-cueva donde habita la familia. Todos han sido llevados a distintos centros de acogida.
La Junta de Andalucía decidió finalmente intervenir en el caso de un hombre que ya fue noticia hace diez años, cuando un programa de televisión descubrió su numerosa prole, fruto de sus relaciones con al menos cuatro mujeres, tres de las cuales seguían conviviendo en la unidad familiar que habita una humilde casa-cueva de Marchal. Claro que hablar de cifras en el caso de El Canuto es siempre relativo. Algunos elevan a 36 los hijos que ha traído al mundo este hombre.
La administración autonómica niega que haya actuado de forma ilegal o que se hable de “secuestro”. “La Junta actúa siempre de la misma forma en todos los casos cuando existen menores que pueden estar sufriendo un maltrato activo o pasivo, por negligencia de los padres o se encuentran desasistidos”, señala José Antonio Puerta, jefe del Servicio de Protección de Menores. Sin embargo, por lo que se refiere al aspecto concreto de la educación, ninguno de los hijos del Canuto presentaba problemas de escolarización y todos ellos asistían con regularidad a los colegios de Marchal y Guadix “de lunes a viernes”, según el padre.
En declaraciones a la agencia Efe, Juan Manuel aseguró que todo son “calumnias” acerca de la situación de los menores cuya tutela le ha retirado la Junta de Andalucía. “Se trata de un error, porque todos ellos comen bien, tenemos lo suficiente para comer trabajando honradamente”, asegura el afectado, quien lamenta que no le hubieran comunicado nada previamente sobre la intención de retirarle a estos trece hijos, y que los servicios sociales no contactaran con ellos previamente para pedirles información.
“Ser pobre no es un delito. Cada uno tiene lo que Dios le da”, manifestó Juan Manuel tras reivindicar que “si algo tengo en este mundo son mis hijos”. “No somos malos padres ni malas madres. Lo que han hecho con nosotros es un abuso. Que lo miren, porque con nosotros están equivocados”, reiteró.
En el programa emitido por Televisión Española hace ya diez años, el Canuto reconocía que no sabía lo que era trabajar en serio porque él se había dedicado a traer hijos al mundo. Juan Manuel consideraba que su misión era traer hijos y ayudar a sus mujeres: “Echo una mano y si les tengo que dar un currito también se lo doy; las quiero bien derechas”. El Canuto insistía en que en ningún momento se estaba saltando la ley. “Tampoco es legal que la mujer de uno se vaya con otro y te denuncie, y tengas que ir a la cárcel por una chuminá. La justicia española no sirve para nada, vamos mejor por la ley gitana”, sentenciaba.
El alcalde de la localidad de Marchal, el popular Juan Manuel García Segura, no quiso hacer declaraciones sobre este caso. Marchal es un pueblo de 400 habitantes en el que se conocen todos los vecinos que, una vez pasada la ola mediática, deberán seguir conviviendo. El pueblo mantiene desde el pasado martes una tensa calma y sus vecinos quieren mantenerse al margen de consideraciones racistas, por ser la familia de etnia gitana, así como de posibles amenazas.
La administración autonómica andaluza niega que haya actuado de forma ilegal en este caso