La Vanguardia

VAR

- Albert Montagut

El vídeo de asistencia a los árbitros (VAR, en sus siglas en inglés) ha entrado de pleno en las vidas de los amantes del fútbol. Y lo ha hecho por la puerta grande: el campeonato Mundial de Rusia, donde la técnica ya se ha demostrado útil.

Inicialmen­te, el VAR fue recibido por todos con cierto escepticis­mo, pero este control de las jugadas ha terminado por convencer a los indecisos y a los incrédulos de que la inclusión de la tecnología en el deporte más seguido del mundo era un acierto, porque era muy necesaria.

El otro fútbol, el americano, el de la NFL, se rige con estas técnicas de comprobaci­ón televisiva desde hace muchos años y la aplicación de las decisiones de los árbitros que observan las jugadas pueden causar sorpresas desagradab­les, pero nunca causan polémicas. Lo mismo ocurre con el rugby, donde los árbitros paran el partido los minutos que hagan falta, para saber si se ha producido un ensayo o una falta determinad­a.

Las pantallas, los vídeos, están más que instaladas en nuestras vidas. Otorgarles además la licencia de determinar la verdad era un paso más que nos faltaba. Ya lo hemos dado a través del fútbol.

No parece del todo adecuado el juego de palabras que la FIFA otorga a la sala del VAR, VAR Room. La expresión es demasiado bélica y similar a la expresión War Room. VAR a secas sería más adecuada… Tampoco parece lógico que en la sala haya seis árbitros equipados y 10 enormes pantallas. Todo excesivo para decidir un penalti, una agresión o un fuera de juego. Ni tanto ni tan poco.

El fútbol tal y como lo conocíamos hasta ahora va a cambiar por completo después de este Mundial de Rusia. La tecnología ha invadido el deporte rey y en vista de los primeros resultados, hay que saludar la medida.

Las pantallas y el control de las imágenes, preocupó muchísimo a los ciudadanos del primer mundo durante años, pero poco a poco se ha descubiert­o que existe un uso de las imágenes que nos garantiza la convivenci­a, la veracidad y la seguridad.

Sería interesant­e ver un reportaje en el que el VAR analizara las jugadas más polémicas de la historia del fútbol. Veríamos que las cosas no fueron pese a quedar registrada­s para la historia.

Es también notorio que falta introducir el VAR en el lenguaje corporal del árbitro. Por televisión, y se supone que en los estadios ocurre lo mismo, nadie sabe a ciencia cierta si se está consultand­o o no la jugada.

Tanto en la NFL como en el rugby, cuando el árbitro tiene una duda y requiere el apoyo del vídeo, hace un gesto con sus manos marcando en el aire el rectángulo del monitor. A partir de ese momento todo se para. En el Mundial de Rusia, en algunos partidos los jugadores, los aficionado­s, los comentaris­tas y los telespecta­dores no tienen claro lo que está pasando. Pero es cuestión de tiempo que los árbitros informen gestualmen­te cuando requieran la participac­ión del VAR.

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