Todo Pedrolo, o casi
Los de Comanegra, que son gente generosa, invitaron ayer a las once editoriales que han sacado un libro de Manuel de Pedrolo coincidiendo con el año de su centenario, y se reunieron en la Fàbrica Lehmann. Concretamente, medio año, en el solsticio de verano. La comisaria, Anna Maria Villalonga, recordó que la treintena de obras reeditadas son un éxito si se tiene en cuenta que el de l’Aranyó escribió más de 120 obras. Montse Ayats, presidenta de la Associació d’Editors en Llengua Catalana, afirmó que “hablar de Pedrolo significa hablar de la Guerra Civil, de la clandestinidad, pero también de volver a empezar y de pensar que es posible. Que es posible salir adelante”.
Como el escritor fue uno de los artífices de la novela negra en catalán, entre las reediciones domina este género. Los cinco años de Llibres del Delicte, heredera sentimental de la mítica La Cua de Palla, han coincidido con la edición de Tants interlocutors a Bassera. El prólogo es de Villalonga, que ha traducido al castellano Pas de ratlla (Paso en falso, Navona Editorial). Otros títulos negros –todos es imposible– son Algú que no hi havia de ser (Alrevés); Es vessa una sang fàcil (Pagès); Tocats pel foc (Tigre de Paper); Milions d’ampolles buides (Sembra); i Procés de contradicció suficient (Orciny Press).
Edicions 62 ha publicado Totes les bèsties de càrrega y la recopilación
A l’ombra del crim con tres novelas emblemáticas: Doble o res, L’inspector fa tard i Joc brut. I los anfitriones de Comanegra acaban de poner en las librerías el segundo volumen de La terra prohibida, que cierra una tetralogía monumental, “estilo Faulkner”, en palabras de David Castillo.
Como la producción es inmensa, para no perderse nada también se ha editado
Manual de Pedrolo, de Aina Torres (Amsterdam), que recopila el pensamiento del autor. Y aún Manuel de Pedrolo, manual de supervivència (Meteora), en el que Sebastià Bennasar resume la vida y la obra del maestro.
Los once editores leyeron fragmentos de sus libros y clausuró el acto la consellera Laura Borràs, que recordó que el día antes se había estrenado en el Parlament defendiendo a Cervantes y citando a Pedrolo: “Hemos de defender, con todas sus consecuencias, una cultura cansada de vivir entre paréntesis”.
Joan Sala, el alma de Comanegra y del acto “Celebrem Pedrolo”, también acogió en su sede la inauguración del año Pedrolo cuando la Generalitat estaba cerrada: “En estos casos ha de ser la sociedad civil quien siga adelante, sin miedo. Jo vinc de pagès”.
Comanegra acogió, a mitad del año Pedrolo, un acto con las once editoriales que han publicado libros suyos