Afortunada pinacoteca
Bacon, Matisse, Sorolla y Nonell enriquecen el Centro Botín
Jaime Botín ha cedido para su exposición permanente al Centro Botín de Santander, institución de la cual es uno de los patronos, ocho joyas de la pintura del siglo XX, de Francis Bacon, Henri Matisse, Joaquín Sorolla, Isidre Nonell, Juan Gris, Pancho Cossío, José Gutiérrez Solana y Daniel Vázquez Díaz.
Francis Bacon volcó todo su dolor en un pequeño y potente cuadro cuando, en diciembre de 1971, su amante y modelo Dyer se marchó de una cena donde el pintor estaba siendo agasajado tras inaugurar una exposición en París y se suicidó. La pintura se titula Autorretrato con el ojo herido y desde hoy puede verse en el Centro Botín de Santander. Es una de las ocho joyas que el exbanquero y patrón de la entidad Jaime Botín ha cedido al centro para su exposición permanente en una sala propia. Son retratos de algunos de los grandes maestros del siglo XX. Henri Matisse, Joaquín Sorolla, Isidre Nonell, Juan Gris, Pancho Cossío, José Gutiérrez Solana y Daniel Vázquez Díaz son los otros autores.
Las piezas seleccionadas ilustran la evolución del retrato a lo largo de la pasada centuria y guardan una cierta coherencia relacionada con el gusto del coleccionista: por un lado, los ocho autores pasaron por París; por otro, la mayoría de sus modelos presentan aire melancólico. Empezando por el más antiguo, el de la triste pero bella y luminosa Figura de medio cuerpo (1907) de Nonell. La obra da cuenta del giro que el artista barcelonés dio por entonces a su estilo de la mano del noucentisme catalán.
Matisse aparece lujosamente representado con una taciturna aunque colorida Femme espagnole (Mujer española, 1917) que el MoMA de Nueva York pidió al expresidente del Bankinter sin éxito para incluirla en una de sus exposiciones. “Jaime Botín nunca prestó ninguna de sus pinturas; son sus preciadas criaturas”, explicó la responsable de la preparación de las obras cedidas y conservadora del Reina Sofía, María José Salazar. La especialista subrayó el alto valor que para el propietario tienen estas ocho obras concretas, que no en vano ocupaban la zona de su casa de Somosaguas donde solía sentarse a leer.
La nueva exposición permanente, titulada Retratos: esencia y expresión, recibe al visitante con un gran óleo de Joaquín Sorolla, Al baño (1923), que muestra a dos niñas y un niño –quizá sus hijos– paseando por la orilla del mar: al parecer, uno de los primeros lienzos que pintó a pie de playa.
El cartel anunciador de la nueva sala presenta la atractiva Mujer de rojo (1969) de Daniel Vázquez , pintura con un “claro influjo de sus admirados Paul Cézanne y Pierre Bonnard”, señaló Salazar. Juan Gris aporta un Arlequín (1918) ejecutado cuando transitaba del cubismo a la nueva figuración del siglo XX y de Pancho Cossío se exhibe el primer cuadro que pintó tras haber aparcado el arte durante diez años (de 1932 a 1942) para dedicarse a la política como miembro de la Falange: se trata del Retrato de mi madre (1942) (el otro está en el Reina Sofía). Por último, Gutiérrez Solana está presente con una obra, El constructor de caretas (1944), que ejemplifica su peculiar forma de empastar los colores.
La cesión de Jaime Botín tiene carácter indefinido aunque formalmente se efectúa por cinco años renovables de manera sucesiva. El exbanquero la acompaña del compromiso de donar al centro un millón de euros al año. Un doble gesto que de algún modo le redime del escándalo ocasionado por su presunto intento de exportar ilegalmente la obra de Picasso Cabeza de mujer joven– hoy en el Reina Sofía–, caso por el que afronta una petición fiscal de cuatro años de prisión y multa de 100 millones.
El nuevo espacio se presentó ayer junto a la exposición El paisaje reconfigurado, que agrupa una parte de los fondos de la Fundación Botín. El centro de arte de Santander inicia así la celebración de su primer año de existencia, durante el cual ha recibido la visita de 227.000 personas.
El Centro Botín celebra su primer aniversario con el positivo balance de 227.000 visitas