El estatus familiar condiciona cuándo, qué y cómo estudian los universitarios
Ser el primero de una familia en acceder a la universidad es un gran logro porque conlleva un sinfín de condicionantes que afectan al tipo de grado, la dedicación e incluso la forma de vida de los estudiantes. Después de comparar y analizar las condiciones socioeconómicas y de vida de los universitarios europeos a partir de encuestas en 25 países, la coordinadora del proyecto Eurostudent, Kristina Hauschildt, asegura que el estatus familiar, y en particular el hecho de que los padres tengan o no estudios superiores, condiciona cuándo, qué y cómo estudian los universitarios. Han constatado que el nivel de estudios de los progenitores va muy ligado al nivel de ingresos, pero también afecta a la edad y a las vías por las que acceden a la universidad. Aunque hay variaciones por países –España no participó en el estudio–, la tendencia es que los estudiantes sin progenitores universitarios sean mayores que sus compañeros –de media dos años–, bien porque entre el bachillerato y la Universidad se pusieron a trabajar o porque acceden a través de la formación profesional o por vías alternativas, como exámenes para mayores de 25 años.
Hauschildt, que ayer participó en un seminario organizado por el Observatorio del Estudiante de la UB, aseguró que estos universitarios de primera generación eligen con mayor frecuencia los grados más cortos, menos exigentes y que requieren menos dedicación, y son los que más se matriculan a tiempo parcial, porque muchos trabajan y dedican al trabajo más horas que sus compañeros de familias con estudios superiores.
Las cifras de Eurostudent VI también revelan que estos estudiantes sin referentes universitarios en casa optan menos a carreras de alto estatus o con condiciones de acceso estrictas, como medicina, derecho, matemáticas o biología, y en cambio están más presentes en magisterio. “Si tus padres no tienen experiencia académica quizá la única profesión universitaria que conozcas de cerca sea la de maestro, así que es más fácil que te imagines como tal y en cambio no pienses en hacerte astrónomo si no sabes en qué consiste su trabajo”, ejemplificó la investigadora. Y agrega que cuando el entorno tiene formación superior el estudiante tiene referencias respecto a la viabilidad de alcanzar la meta, mientras que si no es así su incertidumbre sobre lo que le espera y sobre si tendrá éxito es mayor.
Los estudiantes sin padres universitarios también relatan más obstáculos económicos y lingüísticos para estudiar en el extranjero, aunque no se observan diferencias en cuanto a su motivación para hacerlo.