Muchas maneras de sobrevivir
Jorge Javier Vázquez clausuró la temporada de Supervientes (Telecinco) con unos índice de audiencia superlativos, los pantalones bajados y el culo barnizado para someterse a una sesión de culomancia. La culomancia es una ciencia recreativa inexacta e indolora, fruto de la imaginación de uno de los concursantes, el maestro Joao, capaz de leer el futuro a través de los pezones o la aerodinámica de las nalgas. El interés del invento es que mantiene la retórica de algunos economistas a la hora de pronunciar solemnes diagnósticos de futuro. Propone una oscura teoría en la que se acaban imponiendo la imaginación y la caradura. Desde el punto de vista de Vázquez, la bajada de pantalones tuvo un punto de juguetona celebración. Fue como si, a través de un acto nada protocolario, quisiera regodearse en el éxito para superar las inseguridades que comporta su trabajo. Vázquez vive el éxito y el fracaso con la misma teatral intensidad. Precisamente por eso, el momento de frivolidad culomántica le aportó un plus de euforia metafórica parecida a la que, el día que recibió el premio Ondas, le impulsó a distanciarse de sus instintos con una actuación enfáticamente operística. En realidad, el presentador y el concursante coincidieron en un espacio que, a través de un medio tan poco académico como la tele, conecta con la mejor tradición de la picaresca, profesional en el caso de Vázquez, de supervivencia en el caso de Joao.
CAMBIO = OPORTUNIDAD. Después de 3.380 programas, Arucitys deja 8TV. No es una buena noticia para la cadena, que
todavía no ha construido una identidad alternativa. El cambio llega en un momento fácil de ser interpretado como oportunidad. Fichado por Atresmedia (probablemente para hacer un programa despertador en La Sexta), Alfons Arús encontrará nuevos estímulos para adaptar la fórmula que ha definido estos últimos años: mantener una estructura invariable para crear una fidelidad continua y, al mismo tiempo, aplicar la flexibilidad, la capacidad de improvisación y los recursos de espontaneidad para no moverse de este propósito. En el panorama audiovisual en catalán, Arucitys ha sabido explotar lo que, por superioridad moral o principios, TV3 menospreciaba o ignoraba y ha practicado un entretenimiento popular que no renunciaba al mundo del corazón o de los vídeos de proezas o imbecilidades (Arús fue pionero de los vídeos domésticos) o a proponer, repartiendo papeles entre el rigor crítico, el cuñadismo o el tietisme, un resumen polifónico de la programación televisiva. Los que han acompañado a Arús han madurado con él. Resultado: visto con perspectiva, se produce un envejecimiento paralelo entre los espectadores, que han crecido, se han enamorado, se han casado, han tenido hijos o se han divorciado en paralelo a las vicisitudes de los tertulianos.
POSTRES. Otra buena serie inglesa: Strike. Pocos capítulos y un protagonista que es una mezcla de inspector Bosch, Luther y Pepe Carvalho, en Londres, contratado para solucionar enigmas que no son ni sofisticados ni pretenciosos y que nos proporcionan el placer de una narrativa clásica contada con ingredientes rabiosamente actuales.
‘Arucitys’ ha sabido explotar lo que, por superioridad moral o principios, TV3 menospreciaba o ignoraba