Salvini, la pesadilla populista europea
La astucia política de Matteo Salvini ha logrado eclipsar al premier Giuseppe Conte y al ‘grillino’ Luigi Di Maio
En sólo dos semanas ha cerrado los puertos italianos a los barcos de las oenegés, ha propuesto un censo para conocer cuántos gitanos residentes en Italia han nacido en el país, ha desafiado abiertamente a Francia e iniciado nuevas alianzas con los países del Este, ha amenazado con quitar la escolta a Roberto Saviano y hasta ha llegado a asegurar que diez de las vacunas obligatorias son “inútiles, si no peligrosas”.
En teoría es sólo ministro del Interior y vicepresidente del Consejo de Ministros. En la práctica, desde que el nuevo Gobierno populista italiano llegó al poder, Matteo Salvini parece el verdadero primer ministro en la sombra.
La astucia de Salvini ha logrado eclipsar a Giuseppe Conte y al otro vicepremier, Luigi Di Maio. Se ha atrevido a sugerir que el jefe del Ejecutivo no debía acudir a la reunión migratoria de hoy en Bruselas. Está a punto de visitar Libia para conocer la situación del país y será recibido por el presidente del consejo presidencial, Fayez al Serraj.
Pero a sus 45 años, Salvini no es un recién llegado a la política. Hijo de la clase media milanesa, fue al prestigioso instituto Manzoni de Milán y no terminó la universidad. Frecuentó el centro social alternativo Leoncavallo de Milán, donde se le recuerda con una cerveza en la mano. Luego fundó los llamados comunistas padanos, que asoció a la entonces Liga Norte, el partido autonomista de la Padania.
La Liga, al contrario que el Movimiento 5 Estrellas (M5E), su socio de gobierno, es un partido habituado al mando. Tiene una fuerte presencia a escala local en el norte de Italia y representantes que se conocen las instituciones, hombres como Giancarlo Giorgetti o Roberto Calderoli que se mueven como pez en el agua entre las leyes. Pero, sobre todo, tiene objetivos fijos, pocos, pero que defiende hasta la saciedad. Todos los instrumentos están al servicio de il capitano .Esun partido muy jerarquizado.
El objetivo de la Liga Norte era la Padania hasta que Salvini se impuso como comandante hace cinco años, cuando el partido estaba de capa caída por los chanchullos de Umberto Bossi. Entonces, il capitano supo leer muy bien el cambio de mentalidad que le esperaba a Europa. Poco a poco la meta sería la inmigración. En las elecciones de marzo, la Liga dejaba de ser Liga Norte y se convertía en el nuevo Frente Nacional italiano.
En un país donde los políticos cambian de parecer cada dos por tres, los italianos valoran la coherencia del capo liguista. “No ha hecho ningún paso atrás sobre ningún tema. El M5E, a medida que se acercaba al gobierno, se mostraba más cercano a la UE y a la OTAN. Salvini no”, apunta Lina Palmerini, periodista política de Il Sole 24 Ore.
En sus años al frente del partido, el milanés ha insistido en sólo dos temas: no a los inmigrantes y menos impuestos. Y esto le ha dado réditos electorales ante muchos italianos que sienten que Europa les ha abandonado a su suerte con la crisis migratoria. Mientras llegaban más de 600.000 demandantes de asilo a sus costas, Salvini ha llevado una Liga destrozada del 4% en el 2013 al 17% que obtuvo en las elecciones de marzo. Ahora, si hubiese elecciones, la ultraderecha se convertiría en el primer partido, con el 30,1% de los votos, según una encuesta de Ipsos para el Corriere della Sera. Los grillini pasarían del 32,7% al 29,9%. Otro sondeo de Ixè desvela que el 72% de los italianos apoya su política de inmigración.
El joven Di Maio, de 31 años, es la principal víctima de la práctica de su contrincante. Los grillini tienen objetivos más ambiguos, como acabar con la casta o devolver la confianza en las instituciones, que no dan réditos tan inmediatos. Han visto cómo Salvini se ha atrevido a entrar en uno de los temas, la obligatoriedad de las vacunas, que según las cuotas de poder pactadas
En dos semanas ha convulsionado la agenda y sugerido al premier que no asista a la cumbre migratoria
El 72% de los italianos aprueba su mensaje contra la inmigración, según un sondeo del Instituto Ixè
era territorio del M5E. Aquí ha sido la primera vez que Di Maio, junto a la ministra de Sanidad, Giulia Grillo, ha alzado la voz para parar los pies al liguista.
Italia es un país que desde el 2013 ha tenido cinco gobiernos diferentes. La estabilidad del actual está muy contestada. Les costó más de dos meses ponerse de acuerdo para llegar al palacio Chigi. El capitán de la Liga está jugando todas sus cartas siendo consciente de ello. Si hay elecciones de nuevo, él tiene muchos números de ganar y tener las manos libres para imponer, todavía más, su visión ultraderechista.