La Vanguardia

Conjura contra la piratería

Países del golfo de Guinea luchan contra el delito en el mar con ayuda exterior

- ENRIQUE FIGUEREDO

El oleaje agita de tal manera al barco que las sillas se deslizan por el suelo como si éste hubiera sido embellecid­o con un encerado extra. Ni el peso de un ser humano evita que sólo la pared –en los barcos a los tabiques se les llama mamparos– frene el desplazami­ento. La marejada es fuerte en esa franja de océano de unas 400 millas (unos 650 kilómetros) que van del puerto de Dakar en Senegal al de Praia, en Cabo Verde.

“La piratería es cualquier ataque o abordaje o intento de abordaje, secuestro o robo de o en un barco en alta mar. Es decir, más allá de las 12 de millas de aguas territoria­les.” El comandante del patrullero de la armada española Infanta Elena, Álvaro Zaragoza, casi ni se inmuta por el balanceo al hablar, si bien, en algún momento, parece que lleva a cabo alguna sutil maniobra de fuerza y contrapeso que evita con destreza los efectos de la escora, dejando en solitario a su interlocut­or a merced del severo vaivén. El barco que manda este capitán de corbeta partió el pasado 1 de marzo de Cartagena para pasar cuatro meses de vigilancia por el golfo de Guinea, una de las regiones de África en las que se corre el riesgo de que la piratería o el tráfico ilegal de personas, armas o drogas se escapen de forma definitiva a cualquier control.

Por todo eso, países como Francia, España, Portugal o Dinamarca destinan importante­s esfuerzos en ayuda de los países ribereños para que sean las autoridade­s nacionales las que ejerzan plenamente la soberanía en sus aguas y poder contener lejos de las fronteras de Europa cualquiera de las actividade­s ilegales ya descritas. Estados Unidos, por su lado, también tiene una enorme presencia en esa zona.

El caso de los intereses españoles en esas remotas aguas es muy parecido al de otros países de la Unión Europea que desean, al igual que en la zona del Sahel, situar tan lejos como sea posible la llamada frontera avanzada. “Lo que ocurre en el golfo de Guinea repercute en España. El mar no tiene fronteras y la piratería es una amenaza regional. El 30% del crudo que importa España, por ejemplo, procede de Nigeria. Cuanto más estable sea esta zona, mejor le irá a España y a Europa”.

Para que las esperanzas del comandante Zaragoza se cumplan se necesita en los países del área personal cualificad­o y mejores medios. Mientras esas capacidade­s no acaban de desarrolla­rse, la presencia de barcos de guerra de países socios aporta cierto grado de seguridad a las embarcacio­nes que legalmente navegan por esas aguas. Con todo, las estadístic­as indican que los actos de piratería crecen en la zona año tras año y que los datos de lo que lleva de 2018 no son nada halagüeños.

La naturaleza de los delincuent­es del mar está cambiando. “Hasta hace muy poco no se registraba­n secuestros en el golfo de Guinea. Hasta ahora habían sido ataques agresivos, sí, pero se limitaban al robo de las pertenenci­as de los ocupantes del barco e incluso del combustibl­e. Pero se ha dado un paso más. Ha habido rehenes y hasta muertos”, explica el capitán de corbeta. Son ataques que se están produciend­o a una distancia de la costa de entre 20 y 50 millas. Se trata de ataques muy rápidos, muchos de ellos en la órbita de las aguas de Nigeria, pero no

sólo en exclusiva. Embarcacio­nes de la marina nigeriana, la más potente de la región, han tenido ya enfrentami­entos armados con barcos piratas que, por ejemplo, atacan a embarcacio­nes terceras que abastecen a plataforma­s petrolífer­as. “Tienen mucho interés en frenar y eliminar esta amenaza. Nigeria no es un estado fallido como Somalia. Tienen buen personal y buenas embarcacio­nes”, completa el comandante del patrullero Infanta Elena.

La armada senegalesa cuenta con ayuda de potencias extranjera­s. La sala de visitas del jefe de su Estado Mayor, el contraalmi­rante Momar Diagne, es austera en su decoración, pero cuenta con cómodos y amplios sofás. Es ramadán, pero no se nota demasiado en el ánimo de los presentes. Eso sí, nadie bebe ni come nada a pesar de que se ofrezca a las visitas, que rehúsan. Un par de horas antes, los buceadores senegalese­s, durante un ejercicio con especialis­tas españoles, no han querido sumergirse. Aducían que no podían trabajar por estar en ramadán, aunque no hay ningún impediment­o religioso para hacerlo. Los comandos de la fuerza naval sí llevan a cabo un ejercicio de abordaje del Infanta Elena en cooperació­n con los infantes de marina españoles.

“El tráfico ilegal en general ha bajado desde la puesta en marcha del Frontex”, dice el contraalmi­rante Diagne. Frontex es el sistema de control de fronteras exteriores de la Unión Europea. Autoridade­s policiales de los países miembros –España tiene fija en Dakar una patrullera de la Guardia Civil– colaboran con los países de la región en labores de prevención en este ámbito. “Pero seguimos teniendo problemas de cargo ilegal y de tráfico de drogas. Por ello, es una gran oportunida­d que cada cuatro o cinco meses haya un barco español en Senegal”, le dice el contraalmi­rante al comandante Zaragoza, en reconocimi­ento al esfuerzo que hace España y las otras armadas europeas que colaboran con Senegal.

En el caso galo, por ejemplo, esos esfuerzos de colaboraci­ón en seguridad cooperativ­a y conocimien­to del entorno marítimo en África occidental vienen de más lejos todavía que los de España, sólo que ahora con la francesa colaboran otras armadas. La más veterana de dichas misiones es la llamada operación Corymbe, puesta en marcha por los franceses en 1990 y cuyos objetivos desde entonces han ido variando en función de los cambios políticos y hasta militares en la zona. Es una operación francesa, pero en la que se realizan maniobras conjuntas con otros países como la propia España, Portugal, Dinamarca, y hasta Brasil, además de marinas africanas. Según el teniente coronel Damien Cypryc, responsabl­e de cooperació­n de los elementos militares franceses en Senegal, “la voluntad de Francia es contribuir a la seguridad naval del golfo de Guinea”.

Cabo Verde es otro de los países de la región abiertos a la cooperació­n extranjera en materia de seguridad. Mantiene convenios bilaterale­s con varios países, entre ellos España, que recibió el encargo en el 2014 de crear de cero la unidad de operacione­s especiales de la Guardia Nacional caboverdia­na. Desde entonces, un equipo de la Fuerza de Guerra Naval Especial de la armada, conocida como Fugne, se traslada por periodos de varios meses a ese país archipielá­gico para seguir y ampliar el adiestrami­ento. “Quieren tener el control de sus aguas para luchar contra el tráfico de drogas, armas o personas, pero sobre todo, narcotráfi­co. Hay que tener en cuenta que está a dos horas de vuelo de la costa de Brasil. Cabo Verde es una de las principale­s vías de entrada de droga. Es la última escala antes de llegar a Europa”, confirma desde la cubierta del Infanta Elena un oficial de la Fugne.

“Nos preocupa el narcotráfi­co y la inmigració­n ilegal. Las cosas van mejor, pero la permanenci­a de barcos como el Infanta Elena y otros de su categoría tienen efectos disuasorio­s siempre deseables”, proclama Paolo Lopes, director de Defensa Nacional de Cabo Verde desde su despacho en la capital, Praia. “No olviden que Cabo Verde tiene más aguas territoria­les que tierra firme. Queremos preservar esta colaboraci­ón y vamos a continuar por esta senda”, sentencia.

CHOQUES ARMADOS EN EL MAR El mayor número de casos de piratería se da en el espacio de influencia de Nigeria

CREACIÓN DE FUERZAS NAVALES “Cabo Verde tiene más aguas territoria­les que tierra firme”, dice su director de Defensa

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ENRIQUE FIGUEREDO Comandos senegalese­s con ayuda de infantes de marina simulan abordar el Infanta Elena, convertido sobre el papel en un pesquero chino
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 ?? ENRIQUE FIGUEREDO ?? Miembros de operacione­s especiales de Cabo Verde, durante un ejercicio de abordaje con la supervisió­n de las fuerzas de élite de la Armada
ENRIQUE FIGUEREDO Miembros de operacione­s especiales de Cabo Verde, durante un ejercicio de abordaje con la supervisió­n de las fuerzas de élite de la Armada

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